Capitulo 30

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     Kara

     Observó a su esposo arreglarse mientras ella, sentada a la orilla de la cama, esperaba alguna explicación a ello. Brainiac abrió un cajón y extrajo un fino y costoso reloj que se colocó en la muñeca izquierda. Se acomodó la corbata azul oscuro y se perfumó. Fue entonces cuando Kara vió oportuna su participación.

    —¿Piensas decirme a dónde vas?

    Brainiac se giró y sin ningún tipo de expresión, le miró fijamente.

    —¿Ahora sí te importa lo que haga o deje de hacer tu marido? —enarcó una ceja y se acercó hacia Kara. Redujo el tono de su voz a un susurro firme y seco—: Porque aunque te quieras meter a ésa ramera entre las piernas, yo sigo siendo tu esposo y padre de tu hijo. ¿O es que también te has olvidado de Luke?

    La sangre de Kara comenzó a hervir, por lo que le apuntó con el dedo en el pecho y sin miedo, le desafío con la mirada.

    —¡Ni se te ocurra meter a mi hijo en todo ésto! —arremetió en el mismo tono que el rubio—. No permitiré que lo utilices para chantajearme.

    —No tengo necesidad de chantajearte, Kara —se burló él, esbozando una sonrisa cínica—. Pero sólo te diré... —el espacio adquirido entre los dos volvió a estrecharse. Brainiac se inclinó a su oído para continuar—. Reorganiza tus prioridades y no olvides dónde verdaderamente tiene que estar tu lealtad.

    Ante lo último, besó la mejilla de Kara y finalmente se alejó dejando ir una carcajada, como si algún chiste hubiera oído. Aquello no hizo más que enfurecer a Kara, sin embargo, no se dejaría amedrentar a ésta altura de los años. Desconocía totalmente al hombre que acababa de salir de la casa; ése no era el hombre con el que se había casado.

    Su teléfono celular sonó en alguna parte de la habitación, y cuando lo encontró, en el identificador se leía el nombre de Samantha Arias.

    —¿Dónde estás que no te veo?

    —¿Dónde estoy de qué? Estoy en mi casa.

    —En diez minutos comenzará el juicio de Lena Luthor Kara ató cabos en su cabeza. Ya tenía la respuesta de a dónde había ido tan formal su esposo—. Los coordinadores de cada departamento hemos sido convocados a dar testimonio de lo que se vivió en la fiesta. ¿Acaso lo olvidaste?

    —A mi nadie... —se detuvo en cuanto cayó en cuánta de que era muy probable que Brainiac no quisiera pasarle la información—. Ya voy para allá.

    —Bien. Aquí te espero.

    Para cuándo Kara llegó a los tribunales, el lugar estaba abarrotado de periodistas. Unos flashes le cegaron por un momento en cuanto descendió del auto, más ésto no le retuvo por mucho. Así que se apresuró en subir las escaleras y tras mostrar su identificación como Doctora adjunta del Hospital Central de Nacional City, ingresó dándose prisa.

    —... La sesión será abierta en breve, señores...

    Kara buscó desde atrás a Samantha, y al hallarla, fue a tomar asiento a su lado. Brainiac también se encontraba allí, como uno de los más cercanos al director del hospital.

    —Tu esposito no te lo dijo, ¿verdad?

    Kara negó.

    —Brainiac tiene entre ceja y ceja de que hay algo entre Lena y yo —«¿Y es así?»—. ¡No, claro que no, Sam! —Kara bajó aún más la voz—. Hace dos días fui a verla... —Samantha le dedicó una mirada pícara—. ¡No vayas por ahí! No... Fui a disculparme, pero apenas me escuchó. En cuanto pudo, solo me echó de su oficina.

Hoja En Blanco (Supercorp AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora