Capítulo 21

86 13 0
                                    

 
    Lena

    —Entonces no sabes como se llama —negué. Sabía que Marina era una piedra en el zapato cuando se lo proponía—. Mi pregunta es: ¿Por qué volviste a ese bar? —me encogí de hombros—. Ya veo. No me dirás nada, ¿cierto?

    —¿Tú qué crees? —crucé mis brazos dándole una sonrisa divertida.

    Llevábamos una semana en Nacional City y aún no definiamos la situación de ambas, por una parte estaba el hecho de que Marina había formado su hogar en Metrópolis y no podía dejar todo solo por acompañarme, había sido mi acompañante en cada uns de las batallas que afronté, pero en la última lucha debía hacerlo sola. No podía permitir que mi amiga comenzará a tener problemas en su matrimonio solo porque a mí me daba miedo afrontar mi pasado.

    —¿Lena? ¡LENA! —gritó fuertemente para llamar mi atención. En segundos noté como Lilian y Alexander llegaban a la sala, ambos se llevaron la mano al pecho.

    Rodeé los ojos, a veces ese par podían pasarse de dramáticos.

    —¿Está todo bien? —preguntó Alexander llegando hasta su esposa.

    —Todo bien, Alexander. La loca de tu esposa está gritando para llamar tu atención.

    —¿Estás bien tía? —no me di cuenta en qué momento Lilian estaba encima de mí examinando mi rostro. Entrecerrando mis ojos la miré fijamente, ella ni se inmutó—. No me hagas esa cara tía. Estoy revisando que todo esté bien, así quedo más tranquila y vuelvo a jugar con mi papá —apretó mis mejillas con ambas manos haciendo que mis labios se estiraran un poco.

    —Lilian —murmuré como pude. Ella intentó no reír al ver mi rostro entre sus manitos—. ¿Estás jugando conmigo? —alcé una ceja. Ella abrió los ojos de inmediato.

    —¡Oh, oh...! —fue todo lo que salió de sus labios y para cuando intentó bajarse de mí, ya la había atrapado—. ¡No, tía...! ¡Por favor, mami! —logró decir mientras se retorcía entre mis manos.

    Una fuerte risa la había atrapado por el ataque de cosquillas que le estaba ocasionando.

    Marina y Alexander solo observaban la escena sin interrumpir. Había comprado un apartamento amueblado para nuestra comodidad, no pensaba vivir en la habitación de un hotel mientras estuviera en la ciudad. El lugar era acogedor. Constaba de tres habitaciones en la parte superior; cada una con baño propio. En la parte baja, se encontraba la sala, un pequeño estudio, cocina, comedor, baño de visitas y área de lavandería. Por más que la pareja había insistido en ayudar con el pago, me negué, como también me negué a que ellos gastaran en uno propio si yo los había invitado. Por mi parte correrían todos sus gastos.

    La puerta del apartamento sonó de un momento a otro. Tres toques fueron los que se escucharon. Bajé del sillón dejando de lado a mi pequeña quien intentaba recuperarse mientras tocaba su estómago, sonreí al verla. Los toques en la puerta volvieron a escucharse, Marina posó su mirada en mí. Nadie sabía que me hospedaba en aquel lugar.

    —Yo iré —dijo Alexander casi leyendo nuestras mentes.

    Caminé detrás suyo, aunque del sofá podía verse perfectamente quién llegaba, preferí acompañarlo a la puerta. Él abrió y un chico de mediana estatura cabello oscuro y ojos claros estaba esperando, sostenía un sobre en sus manos y un bolso le caía desde sus hombros a la mitad de su torzo.

    —¿Se le ofrece algo? —pregunté ya que el chico al parecer había quedado embobado al verme.

    —¡Eh, si...! Sí, disculpe —fruncí el ceño—. Busco a Lena, Lena Luthor —no sabía si confirmar mi identidad o cerrarle la puerta en la cara al chico, Alexander solo observaba la situación.

    Normalmente mi socio no se metía en los asuntos que involucrasen mi nombre, a menos que estuviera el suyo en la lista.

    —Soy yo —crucé los brazos. Él me ofreció el sobre que sostenía en sus manos, el cual se notaba algo húmedo. ¿Éso era sudor? Estoy segura que no pude disimular mi cara de desagrado al tomar aquello en mis manos ya que él se disculpo con una sonrisa avergonzada—. ¿Debo firmar la entrega? —el chico asintió.

    —Comprendo al pobre. Él fui yo cuando me fijé en Marina.

    Alexander cerró la puerta luego de que yo firmara la entrega y el chico saliera casi corriendo del lugar.

    —¿Lo viste? Salió huyendo como si yo fuese la bruja malvada y él, el pobre e indefenso Hansel y fuera a comerlo.

    Me quejé. Alexander rió.

    —¿A quien te comerás? —preguntó Marina cuando llegamos nuevamente al sofá. Rodeé los ojos. Mi amiga era muy curiosa a veces—. ¿Quién era? ¿Qué es éso?

    En ése momento recordé el sobre en mis manos, y solo respondí encogiendome de hombros.

    —No lo sé. Éso averiguaré ahora mismo —comencé a abrir el sobre. Volví a rodar los ojos—. Lionel Luthor —murmuré—. Por él supieron que yo vivía aquí, no hay otro más que mi querido padre contratando investigadores privados para averiguar donde vivo.

    —Mira quien habla. El burro que sabe que sus orejas son más grandes —gruñí. Ni Alexander, ni Lilian se encontraban ya en la sala.

    Normalmente a mi socio le encantaba pasar el tiempo jugando videojuegos con mi pequeña. Él solía aprovechar cuando hacía mis visitas rutinarias a Marina. Así el tiempo que yo perdiera hablando con ella, él y mi sobrina lo perdían en competencias de lucha de Dragon ball.

    —Sabes que lo mío fue diferente —caminé al pequeño bar que había montado en la sala. Serví dos copas de vino, volviendo al sofá con Marina—. Habían pasado años. Solo lo contraté porque quería saber si estaba bien.

    Un suspiró salió de sus labios.

    —Y sí que lo estaba. Casada y con un hijo. ¿Cuánto tendrá el muchachito ya? —mi vista se perdió en algún punto fijo de la habitación.

    —No lo sé. ¿Cuatro?

    Pequeños flashbacks inundaron mi cabeza. Fotos de la boda entre Brainiac y Kara. Fotos de Kara con su recien nacido en brazos y ya no era más castaña, su cabello es rubio, era feliz. La busqué seis años después. Jamás imaginé que el investigador resultaría tan bueno que conseguiría fotos hasta de su boda la cual había sido un año antes.

    —El caso aquí, es que son Luthor's. Van a hacer lo que sea para salirse con la suya.

    Marina sabía lo que me había dolido el tema de Kara y su boda con Brainiac. Las muchas cartas que le envié durante dos años, las cuales nunca tuvieron respuesta, y le agradecía que cambiará de tema.

    —Veamos de qué trata ésto de una vez —tomé lo que restaba de mi copa para leer el papel. Fruncí el ceño al darme cuenta de que se trataba de una invitación.

Estimada Lena Luthor.

Es un placer para mí enviarle por medio de ésta invitación mis cordiales saludos e invitarla a nuestro evento anual, la fiesta CODER. La cuál como cada año se llevará acabo en nuestras instalaciones. Éste año solicitamos el uso de antifaz. Para usted y sus acompañantes en el caso de asistir. Le hago llegar la presente a usted como hija de nuestro más grande e importante benefactor.

Esperamos contar con su presencia, de antemano muchas gracias.

Krish Herwood
Director

    —Los queridos amigos de mi padre —doble el papel para entregárselo a Marina—. Quieren darme la bienvenida a la ciudad.

Hoja En Blanco (Supercorp AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora