Hoja En Blanco (Supercorp AU)

Capítulo 34

    Lena

    <<—Es una canción triste. ¿Por qué escuchamos eso?

    —Es mi banda favorita. Es una canción que se siente aunque no hayas pasado por éso.

    La rubia se concentró en prestarle más atención a la letra.

    Aquella era la última vez que nos frecuentamos para tener sexo. Cuando aquello sucedió no hablamos de otro tema que no fuera la música.

    —Tienes razón. Es una canción que dolera siempre. Así que te propongo algo... Si un día muero, la pondrás en mi funeral.

    —No es gracioso, Caroline.

    —Hazlo. Será un recordatorio de lo que no pude tener contigo. Te la dedico

    Acarició mi rostro mientras aquella canción se apoderaba del incómodo silencio.

    —Te prometo que cuando tengamos cien años, y nos toque irnos, dejaré ordenado que la pongan en nuestro funeral.

    Ella rió.

    —¿Quién te asegura que duraremos tanto?

    —Nadie. El tiempo es impredecible, pero te juro que siempre podrás contar conmigo, aún si no puedo corresponder tus sentimientos. Siempre estaré ahí.

    —Gracias, Lena. Te quiero.

    Selló sus palabras depositando un beso en mi mejilla.>>

    Y aquí me encontraba, cumpliendo aquella promesa que había hecho. Despidiéndome de Caroline mientras aquella canción que me dedicó me consumía por dentro. Me sentía tan miserable, tan culpable de no haber estado allí como se lo prometí aquella tarde. Las lágrimas recorrieron mis mejillas mientras mi vista estaba perdida en aquel ataúd de color negro. Aquella bendita canción de mi banda favorita sonaba de fondo, haciendo que mi corazón se rompiera más.

     There's a few lines that I have wrote
     In case of death, that's what I want, that's what I want
     So don't be sad when I'll be gone
     There's just one thing I hope you know, I loved you so

     —Lo siento, Caroline —sentía un inmenso nudo en mi garganta, un dolor fuerte en el pecho el cual sentía que me estrujaba el corazón—. Espero puedas perdonarme por no haber estado allí. Por no haber comprendido lo mucho que me querías. Perdón por encontrarle significado a ésta canción ahora que ya no estás...

     Cause I don't even care about the time I've got left here
     The only thing I know now is that I wanna spend it
    With you, with you nobody else here
    Tonight is gonna be the loneliest

    En el entierro no había nadie particular, los únicos que habían asistido eran Lionel, Marina, Alexander y Diana. No permití que nadie más asistiera, era una ceremonia privada. El único momento en el que alguien supo de Caroline fue cuando llegó ensangrentada al hospital. Recuerdo el rostro de Brainiac, el muy desgraciado se veía tan tranquilo aún sabiendo que él y la rubia habían tenido su pasado. Recuerdo haber pasado horas esperando noticias hasta que al final, la declararon muerta. No tenía amigos, ni familiares, lo más cercano a su familia era yo. Y me sentía con la responsabilidad moral de darle un entierro digno.

    Diana había llegado para estar a mi lado, pero siendo honesta no quería a nadie cerca. Ni siquiera a Marina. La muerte de Caroline me estaba afectando demasiado.  Alexander se encargó de la funeraria y del cementerio, algo que agradecí. No tenía cabeza para ello. Estuve al lado de aquella camilla por horas esperando a que despertara y me sonriera a pesar de ser consciente de que la autopsia ya estaba hecha. ¿Quién demonios le había hecho éso? Los resultados habían arrojado abuso sexual, agresión física, intento de estrangulamiento. Según el forense, ella había luchado hasta el último momento. El cual fue cuando ambas balas cruzaron su pecho.

    Los peritos aseguraron que en la casa no había señales de que algo faltara, al menos éso no lo podían saber con certeza ya que la única persona que lo sabía, estaba sin vida. En los análisis de ADN tampoco se pudo verificar nada, quienes cometieron el crimen lo hicieron sin dejar rastro alguno. No habían cámaras de seguridad por la zona donde vivía, no habían vecinos, o habían testigos. No había nada. Y aquello era lo que más me frustraba.

    —Te juro... —intenté hablar mientras las lágrimas corrían por mis mejillas—. Te juro que haré pagar a los responsables de ésto —sollocé llena de rabia y tristeza—. Y ésta vez lo pienso cumplir.

    You'll be the saddest part of me
    A part of me that will never be mine
It's obvious
    Tonight is gonna be the loneliest
    You're still the oxygen I breathe
    I see your face when I close my eyes
It's torturous
    Tonight is gonna be the loneliest

    El coro de la canción estaba llegando a su final, tomé entonces algo de tierra con mi mano derecha y mientras murmuraba al unisono de la canción, dejé caer ésta encima del ataúd como señal de que podían enterrarla ya. No pude evitar caer de rodillas mientras lloraba descontroladamente, sentí los brazos de Marina a mi alrededor.

     —Ella no se lo merecía, Marina —me aferré al abrazo de mi amiga con fuerza—. No se merecía morir y menos de ésta forma.

    —Lo siento mucho, Lena —su voz se quebró—. Lastimosamente todas las mujeres corremos con éste riesgo por miserables que se olvidan que nacieron de una mujer también.

                              ...............

     Sin nadie saberlo, a la distancia se encontraba un hombre rubio con su traje elegante de color negro. Éste con lágrimas en sus ojos presenciaba el funeral. Lo cual quiso evitar y no asistir. Pero Caroline llegó a ser importante en su vida. Aunque lastimosamente su amor por Kara fue más fuerte. El hombre se arrepentía de lo que había hecho. Había actuado por impulso a un ataque de ira. Entregando con ello a una persona inocente.

     —Perdón, Caroline, pero hasta en las mejores guerras hay daños colaterales para asegurar la victoria. Y te tocó a ti serlo en ésta —miró hacia el cielo mientras las lágrimas se derramaban por sus mejillas—. Salúdame a nuestro hijo, quizás nos veamos en la otra vida.

    Dicho éso, el hombre guardó sus binoculares, limpió su rostro para después poner sus gafas de sol mientras entraba a su auto. Encendió éste para así alejarse del lugar. Se marchó seguro de que nadie había notado su presencia, al menos era lo que él pensaba, excepto por una persona.