(Antes de comenzar, necesito que sepan que despues de la fiesta, los muwigaras se hicieron muy buenos amigos de Sanji, y con quien más contacto ha tenido Sanji, fue con las dos chicas del grupo, obviamente de los demás también, pero ellas eran las que más le hablaban, más Robin eso si. No me pregunten por qué, solo disfruten. (づ ̄ ³ ̄)づ)
El día siguiente comenzó con el rubio más agotado de lo habitual. Apenas había podido dormir la noche anterior, pues su mente seguía atrapada en lo que había pasado con el espadachín. Aquel extraño momento, las palabras dichas entre líneas y, sobre todo, la ausencia de un adiós claro lo tenían en un estado de confusión que no podía sacudirse.
Primero, tuvo que hablar con Zeff, quien le encargó algunas tareas adicionales en el Baratie. Aunque Sanji solía manejar bien la presión, esa mañana estaba particularmente disperso. Los recuerdos del día anterior le jugaban en contra, y su concentración estaba en cualquier parte menos en la cocina o entre las mesas.
Fue entonces cuando las cosas comenzaron a torcerse. Mientras servía una mesa, un bebé derramó accidentalmente la bebida que llevaba en la bandeja, pero el padre lo culpó directamente. Sanji trató de explicarse, pero el cliente no quiso escuchar y lo trató con desdén. Minutos después, llevó el plato equivocado a otra mesa y, como si eso no fuera suficiente, recibió otro regaño.
Con cada incidente, el día se volvía más pesado, más insoportable. Era como si el universo hubiera decidido ensañarse con él. Cuando finalmente terminó su turno, ya no podía ocultar su cansancio. Apenas podía arrastrar los pies hasta su casa.
Al llegar, subió directo a su habitación y cerró la puerta tras de sí. Quería olvidarse de todo, de los clientes ingratos, del día caótico y, más que nada, de la extraña ausencia de Zoro. No había recibido ni un mensaje, ni una llamada, ni siquiera un "hola" casual. Una punzada de dolor lo atravesó al darse cuenta de cuánto le importaba.
‧₊˚🖇️✩
Por su parte, Zoro llevaba horas buscando algo en su teléfono. Revisaba los contactos una y otra vez, repasando nombres que hacía mucho no veía. Finalmente, encontró el que estaba buscando: "Hiyori".
Respiró hondo antes de marcar. Apenas había pasado un minuto cuando la llamada fue respondida con una voz chillona y emocionada.
-¡¿Z-Zoro-kun?! -La voz de la chica sonaba incrédula y exaltada.
-Hola, Hiyori -respondió él, con su tono habitual de seriedad.
-¡Zoro! ¿Cómo has estado? -preguntó ella, claramente emocionada. Probablemente había esperado esta llamada desde que se separaron en la secundaria.
-Bien, supongo... -suspiró Zoro, sintiendo un leve arrepentimiento por lo que estaba a punto de decir-. Necesito pedirte algo.
-¿Ah? Claro, dime lo que necesites. -La emoción en su voz era evidente.
Zoro dudó por unos segundos. ¿Cómo le explicaría esto sin sonar como un completo idiota?
-Bueno, tú sabes que ya no... -Se detuvo, rascándose la nuca mientras pensaba en las palabras adecuadas-. Que ya no me gustas, ¿verdad?
Un largo silencio siguió a sus palabras. Cuando Hiyori finalmente respondió, su voz era un eco de desilusión.
-Sí... lo sé -dijo ella, tratando de sonar indiferente, pero claramente herida.
Zoro tomó aire y decidió ser directo.
-Entonces... ¿me ayudarías con algo? -preguntó, haciendo un esfuerzo por mantener la compostura-. Quiero... darle celos a alguien.
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Quiero Ser Tuyo (Zosan)
Romance"Sanji siempre ha sido un hombre marcado por las sombras de su pasado: una infancia rota, un padre cruel y cicatrices que nunca terminan de sanar. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Zoro, un espadachín de pocas palabras pero con una presencia...
