Cuando Zoro finalmente salió del hospital, en su pecho ya no ardía el mismo fuego que lo quemaba al separarse de Sanji.
Tal vez no hablaron explícitamente de volver, ni se dijeron que eran novios otra vez, pero todo lo que compartieron —lo que dijeron, lo que hicieron— dejaba claro que sí. Que habían regresado.
Zoro se sentía aliviado.
Pero ese alivio no duraría demasiado.
Tomó el tren rumbo a casa, solo para buscar su auto. El cielo comenzaba a oscurecer, y aunque eso lo volvía todo más peligroso, también le daba cierta ventaja para acercarse a Judge…
Tal vez no sabía con claridad qué quería hacerle, pero sí tenía una cosa clara: iba a hacerlo pagar.
La nieve seguía cayendo, a veces con más fuerza, aunque no la suficiente para cubrir la ciudad por completo.
Su cabello danzaba con el viento, mientras sus pasos firmes y decididos marcaban el ritmo de su marcha.
Si salía vivo de donde estuviera Judge, iría a ver a Hiyori. Antes de que su furia lo empujara a hacer algo que lamentara, intentaría hablar con ella lo más calmado posible.
Aunque si tenía suerte… ambos estarían en el mismo lugar. En la misma habitación, sala, restaurante o donde sea que estén.
Subió al tren. Su rostro reflejaba de todo menos amabilidad, así que la gente se apartaba al verlo.
Algunas chicas lo miraban con interés, lo encontraban atractivo. A veces se acercaban demasiado, invadiendo su espacio personal. Zoro las empujaba sin pensar, incómodo.
No le importaba si caían o no. Solo quería que se alejaran.
Cuando bajó del tren, caminó a paso acelerado —casi corriendo— hacia su departamento.
Y cuando llegó, abrió la puerta con brusquedad. Fue directo a su habitación, esta vez sí, corriendo.
Se quitó casi toda la ropa, cambiándose por una más oscura.
Una camisa negra de cuello alto y mangas largas, guantes del mismo color, pantalones verde oscuro y sus botines de siempre.
Encima, un abrigo que no llamara la atención.
Tomó las llaves del auto y salió.
Sabía que se perdería. Siempre decía que las malditas calles cambiaban de lugar.
Pero no importaba. Tal vez tardaría un poco más, pero eso daba igual. Estaría allí. En eso no había duda.
Abrió el auto, subió, lo encendió con facilidad y arrancó.
Eran las 9 de la noche. Con su pésimo sentido de la orientación, probablemente llegaría a las 5 de la mañana. Pero daba igual… o eso quería creer.
‧₊˚🖇️✩
Cuando finalmente llegó, fue a la 1 de la madrugada. Sí, se perdió en el trayecto, pero al menos no fue tan tarde como pensaba.
La casa quedaba en las afueras, oculta en medio de un bosque desolado.
Aparcó el auto donde no se viera bien y se quedó observando la enorme construcción frente a él.
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Quiero Ser Tuyo (Zosan)
Romance"Sanji siempre ha sido un hombre marcado por las sombras de su pasado: una infancia rota, un padre cruel y cicatrices que nunca terminan de sanar. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Zoro, un espadachín de pocas palabras pero con una presencia...
