El cielo estaba cubierto por un manto espeso de nubes grises que parecían estar a punto de romperse en llanto. El viento frío se filtraba entre los edificios, arrastrando consigo el aroma de la tierra mojada. Las primeras gotas comenzaron a caer, tímidas al principio, hasta que se convirtieron en una cortina constante que golpeaba el asfalto con un sonido casi melódico.
Sanji caminaba por las calles desiertas, con las manos hundidas en los bolsillos de su abrigo oscuro. Su cabello rubio caía desordenado sobre su frente, empapado por la lluvia que no se molestaba en esquivar. Cada paso resonaba sobre los charcos, cada respiración salía temblorosa, como si el frío se aferrara a sus pulmones.
Las palabras de Reiju seguían dando vueltas en su cabeza, enredándose en sus pensamientos como espinas invisibles.
"Cuídate, Sanji. No te confíes de nadie… ni siquiera de quienes parecen estar de tu lado."
El tono serio de su hermana, sus ojos preocupados, todo seguía fresco en su memoria. ¿Cómo podía cuidarse de algo que ni siquiera entendía? Judge era peligroso, siempre lo había sabido, pero esta vez era diferente. Había alguien más moviendo los hilos desde las sombras, alguien cuya identidad seguía siendo un misterio.
—¿Qué demonios se supone que debo hacer…? —murmuró entre dientes, sacando un cigarrillo con los dedos ligeramente temblorosos.
El encendedor chisporroteó un par de veces antes de encenderse, la pequeña llama brillando por un instante antes de extinguirse bajo la lluvia. Sanji suspiró con frustración y guardó el cigarrillo, resignándose a seguir caminando bajo el aguacero.
El mundo a su alrededor parecía haber perdido los colores, todo reducido a tonos grises y oscuros que reflejaban perfectamente el nudo que sentía en el pecho.
Sin darse cuenta, sus pies lo llevaron hasta un cruce de calles. El semáforo brillaba en rojo, pero su mente estaba muy lejos como para notarlo.
—¡Cuidado! —gritó alguien desde la acera.
Un claxon estalló con fuerza y un auto negro pasó rozándolo, levantando una ola de agua sucia que salpicó su abrigo y pantalones. El conductor gritó algo, pero Sanji no lo escuchó. Sus ojos estaban clavados en el pavimento mojado, donde el reflejo de las luces del auto se distorsionaba con las gotas que seguían cayendo.
—Demonios… —murmuró, pasando una mano por su rostro empapado.
Su corazón latía con fuerza, pero no era miedo lo que sentía, era rabia. Rabia consigo mismo, con su padre, con esa desconocida que había manipulado todo desde las sombras. Rabia porque, a pesar de todo, no tenía un plan, no tenía respuestas, no tenía nada.
Cruzó la calle finalmente, ignorando las miradas de los transeúntes que cuchicheaban entre ellos. Sus pies lo llevaron de regreso a su departamento casi por inercia, mientras la lluvia seguía cayendo con fuerza, como si el cielo estuviera llorando por él.
‧₊˚🖇️✩
Desde la penumbra de un callejón cercano, una silueta observaba. Su abrigo negro parecía fundirse con las sombras, y la capucha cubría su rostro casi por completo. La lluvia caía sobre ella, empapando el suelo a su alrededor, pero no se movía. Permanecía inmóvil, como una estatua oscura tallada en la penumbra.
Sus ojos, ocultos bajo la capucha, seguían cada uno de los movimientos de Sanji con precisión felina. Había algo casi poético en la manera en la que el chico rubio caminaba bajo la lluvia, completamente ajeno a su presencia, completamente vulnerable.
—Te ves tan frágil… —murmuró la voz suave y venenosa de la figura, apenas audible sobre el golpeteo de la lluvia.
Un leve destello plateado brilló bajo la manga de su abrigo, algo pequeño, metálico, casi como una pieza de un mecanismo intrincado. Sus dedos lo acariciaron con delicadeza, como si estuviera planeando dónde y cuándo usarlo.
—No te preocupes… —prosiguió en un susurro que se perdió con el viento—. Todo esto es necesario.
Unos pasos se escucharon a lo lejos y la figura se desvaneció entre las sombras, deslizándose con una elegancia casi antinatural. Solo quedaron los charcos de agua sucia y el eco distante de unos tacones golpeando el pavimento mojado.
Sanji nunca miró hacia atrás.
‧₊˚🖇️✩
El departamento estaba oscuro cuando Sanji entró, dejando su abrigo goteando junto a la puerta. El sonido de la lluvia golpeando las ventanas era lo único que rompía el silencio pesado del lugar. Se dejó caer sobre el sofá con un suspiro largo, hundiendo su rostro entre las manos.
Un zumbido repentino hizo que levantara la cabeza. Su móvil vibraba sobre la mesa, la pantalla iluminada con un nombre que hizo que su pecho doliera ligeramente.
Zoro: "¿Estás bien, Cejitas? No te vi hoy y es raro que no aparezcas. Si necesitas algo, dime."
Sanji sintió un nudo en la garganta. El mensaje era tan simple, tan propio de Zoro, que por un momento el peso en su pecho pareció disminuir. Pero rápidamente, la realidad lo golpeó de nuevo.
—Marimo… —susurró con una sonrisa amarga.
Tomó el móvil con manos temblorosas, sus dedos bailando sobre el teclado mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.
Sanji: "Estoy bien, marimo. Solo… algo cansado. No te preocupes, ¿sí?"
El cursor parpadeó frente a él durante varios segundos antes de que finalmente enviara el mensaje. Apenas unos instantes después, una respuesta iluminó la pantalla.
Zoro: "Tsk. No te sobrecargues, rubio. Descansa. Hablamos mañana ♡."
Sanji:"♡"
Sanji dejó escapar una pequeña risa, una risa rota y ahogada que apenas logró salir de su garganta. Sus hombros temblaron ligeramente mientras dejaba el móvil sobre la mesa, su mirada clavada en las gotas de lluvia que resbalaban por el cristal de la ventana.
—Ojalá pudiera decirte todo, Zoro… Ojalá pudiera pedirte que no me sueltes —murmuró, apoyando su frente en sus rodillas mientras sus hombros temblaban bajo el peso de sus pensamientos.
Fuera, la lluvia continuaba cayendo con fuerza, golpeando el vidrio como si intentara borrar las lágrimas que Sanji no podía permitirse soltar.
‧₊˚🖇️✩
Capítulo corto, antes de que llegue la tormenta ಥ_ಥ
Sinceramente ya me estoy arrepintiendo de hacerles sufrir ahora, pero ya era mucho romance y faltaba drama ( ͡° ʖ̯ ͡°)
Pero ya que.. Ojalá y les este gustando, sin más que decir nos leemos. ♡
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Quiero Ser Tuyo (Zosan)
Romansa"Sanji siempre ha sido un hombre marcado por las sombras de su pasado: una infancia rota, un padre cruel y cicatrices que nunca terminan de sanar. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Zoro, un espadachín de pocas palabras pero con una presencia...
