Tres semanas después de la confesión:
La lluvia seguía siendo un recuerdo fresco en la memoria de ambos. Desde aquel día en que Sanji y Zoro se habían confesado bajo el agua, todo había cambiado. No era un cambio drástico ni brusco, sino algo sutil que se sentía en las miradas, en las pequeñas caricias que ahora se daban sin miedo, y en cómo las discusiones habían perdido el filo que solían tener.
Apenas habían pasado tres semanas desde ese momento, y ahora Sanji estaba en medio de una mudanza. Su primer apartamento por cuenta propia. La emoción y el nerviosismo lo mantenían ocupado mientras desempacaba las cajas con ayuda de Zeff. Aunque el viejo chef insistía en mover muebles y cargar las cosas más pesadas, Sanji lo había obligado a descansar tras un par de intentos.
—Deja de quejarte, viejo. No necesito que termines en el hospital. —Sanji colocó un par de platos en la cocina mientras Zeff se acomodaba en una silla cercana.
—Bah, no soy tan débil como piensas, berenjena. —Zeff lo miró con una mezcla de orgullo y resignación.
—Claro, claro. Pero no quiero cargar con tus gastos médicos.
Ambos rieron suavemente, aunque la verdad era que Sanji lo hacía porque se preocupaba. Esa relación medio tosca que tenían siempre encontraba formas de demostrar afecto en los detalles más pequeños.
Cuando finalmente Zeff se fue, dejando a Sanji solo en su nuevo espacio, el rubio suspiró aliviado. Había sido un día agotador, pero satisfactorio. Su apartamento era modesto, pero todo suyo, y eso lo llenaba de orgullo.
Sanji estaba acomodando los últimos utensilios de cocina cuando su teléfono vibró.
Mensaje de Zoro:
—¿Qué haces?
Sanji sonrió automáticamente.
Respuesta:
—Mudándome. ¿Tú, marimo?
—Nada emocionante.
—Qué aburrido.
—Nos vemos luego, cejillas. Tengo algo que hacer.
—Okey, alga.
Aunque el intercambio fue breve, algo en el tono de Zoro le pareció raro. Por lo general, el peli-verde siempre encontraba alguna excusa para quedarse hablando, pero esta vez había cortado la conversación rápido. Sanji no quiso darle muchas vueltas, aunque una pequeña sensación de inquietud se quedó con él mientras seguía ordenando.
Más tarde, cuando el apartamento finalmente estaba en orden, Sanji se sentó en el sofá, admirando su trabajo. Estaba agotado, pero satisfecho. Cerró los ojos por un momento, disfrutando del silencio, hasta que un golpe en la puerta lo sobresaltó.
Al abrir, ahí estaba Zoro, con una expresión algo avergonzada y un ramo de flores en la mano.
—¿Qué haces aquí, marimo? —preguntó Sanji, tratando de ocultar su sorpresa.
—Tu viejo me dio la dirección. Quería ayudarte con la mudanza, pero parece que llegué tarde.
Sanji sonrió, aceptando las flores mientras Zoro entraba.
—Eres un idiota. ¿Quién trae flores para ayudar con cajas?
—¿Prefieres una espada?
Sanji no pudo evitar reír. El simple hecho de que Zoro estuviera ahí ya hacía que todo pareciera más fácil.
La tarde pasó rápidamente entre charlas y bromas. Zoro ayudó a colocar los cuadros y algunos adornos, mientras Sanji preparaba una cena ligera. Era un momento simple, pero lleno de calidez. Cuando finalmente se sentaron en el sofá, ambos cayeron en un silencio cómodo.
—Oye, Sanji. —La voz de Zoro rompió la tranquilidad.
—¿Qué?
Zoro se giró hacia él, con una mirada más seria de lo habitual.
—¿Crees que… esto sea real? Lo que estamos haciendo.
Sanji lo miró sorprendido, pero pronto una sonrisa suave apareció en su rostro.
—Eres un idiota, Zoro. —Se inclinó hacia él, apoyando una mano en su mejilla y plantándole un beso suave—. Si esto no es real, entonces no sé qué lo es.
El peli-verde se sonrojó hasta las orejas, pero no dijo nada. En cambio, dejó que su brazo rodeara la cintura de Sanji, acercándolo más.
La noche se extendió entre risas, besos y confesiones tímidas. Nada era apresurado ni forzado; todo se daba de forma natural, como si estuvieran destinados a encontrarse en ese momento, en ese lugar.
Cuando Sanji se quedó dormido contra su hombro, Zoro acarició su cabello, pensando que no necesitaba nada más que eso para sentirse completo.
‧₊˚🖇️✩
Algo corto pero tranquilo y para que vean como va por el momento las cosas de su relación ♡
ESTÁS LEYENDO
Quiero Ser Tuyo (Zosan)
Romance"Sanji siempre ha sido un hombre marcado por las sombras de su pasado: una infancia rota, un padre cruel y cicatrices que nunca terminan de sanar. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Zoro, un espadachín de pocas palabras pero con una presencia...
