‧₊˚🖇️18: 𝑆𝑜𝑟𝑎♡

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El sol de la tarde bañaba el pequeño jardín de la mansión Vinsmoke. Las flores Tsubaki florecían con esplendor, y una suave brisa acariciaba los pétalos. Sora, vestida con un delicado vestido celeste, estaba sentada bajo un árbol con un joven Sanji apoyado en su regazo. El pequeño sostenía un libro de recetas con dibujos de postres.

—Mamá, ¡quiero cocinarte esto algún día! —exclamó Sanji, señalando una imagen de un pastel con fresas y crema.

Sora soltó una risa suave y acarició el cabello dorado de su hijo.

—Estoy segura de que será el pastel más delicioso del mundo, cariño. —Su voz era cálida, envolvente—. Pero no tienes que apresurarte, ¿de acuerdo? Tienes mucho tiempo para crecer y aprender.

Sanji asintió con una sonrisa radiante, pero sus cejas se fruncieron ligeramente al recordar algo.

—Mamá... cuando yo crezca, ¿seguirás aquí conmigo?

La sonrisa de Sora vaciló por un segundo, pero se apresuró a besar la frente de su hijo.

—Siempre estaré contigo, Sanji. No importa dónde estés o cuán lejos vayas. Siempre estaré aquí... —Colocó una mano sobre el pecho del niño—, en tu corazón.

El pequeño Sanji se abrazó a su madre con fuerza, y Sora cerró los ojos, dejando que el momento se grabara en su memoria para siempre.

—¿Sabes, hijo? —habló la rubia con ternura, mirando a su pequeño con un brillo suave en los ojos—. Aunque mamá ya no esté aquí, quiero que recuerdes algo: un día llegará alguien especial, alguien que nunca te dejará solo. Esa persona estará a tu lado siempre, en las alegrías y en los momentos difíciles, cuidándote y amándote tal como yo lo haría. Solo es cosa de esperar..

La dama sabía que tenía poco tiempo, era conciente de que en un par de semanas dejaría a sus hijos y marido.

Sabía que con judge corrían peligro, todos. Sin embargo, no podía hacer nada. A escondidas, fue al médico y le dieron un diagnóstico terrible.

Sabía que podía morir por dos cosas: su enfermedad o el hombre que algún día le juro lealtad y amor en el altar.

Lo tenía presente..

Se sentía como una Mierda al tener que dejar a sus hijos solos, más a su pequeño hijo, Sanji.

Sabía que reijiu, niji, ichiji y yonji estarían bien.. Pero Sanji no..

Tenía miedo.

Miedo por su hijo.

Sin darse cuenta, pequeñas lágrimas recorrieron sus pálidas mejillas, sollozo débilmente mientras abrazaba más a Sanji.

—¿Mamá?—Llamo confundido el pequeño, mirándola con preocupación—,¿Que te pasa?

La rubia solo sonrió dulcemente, y beso la frente de su hijo nuevamente.

—Nada cariño... No me pasa nada.

Pasaron dos semanas después y la bella mujer falleció por las manos de su esposo, por defender a Sanji, a su pequeño retoño..

Solo pudo sonreír antes de morir, diciendo sus últimas palabras.

—Te amo, Sanji, perdoname..

‧₊˚🖇️✩

El presente los recibió con un cielo nublado, como si el mundo también llevara consigo una tristeza contenida. Sanji caminaba con las manos en los bolsillos, una bolsa con documentos para el nuevo departamento bajo el brazo. Su rostro estaba serio, los ojos cansados.

Quiero Ser Tuyo (Zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora