P R Ó L O G O

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Era una noche fría y solemne.

A pesar de eso podía sentir el calor de las llamas comenzar a crecer a su alrededor y el sudor resbalar por la frente mezclado con sangre. Trató con ahínco moverse, sin embargo, lo único que obtenía era lastimarse más. El horrible dolor de cabeza no lo soportaba y creía que en cualquier momento todo se volvería oscuro.

Ahí estaba, el Omega divisaba a través del vidrio empañado y agrietado del auto, al Alfa quien observaba a distancia cómo el auto se encendía en llamas de su trabajo hecho.

Se había volteado listo para abandonar la escena, dispuesto a irse, cuando una voz le llamó con desasosiego.

Esa voz inconfundible.

Esa voz que reconocería siempre, aún así estuviera enterrado bajo tierra o muy lejos de éste mundo. Esa voz que le acomoda y vuelve todos los sentidos en su lugar. Esa voz que lo debilitaba. Esa única voz capaz de provocarle sensaciones que nadie más había podido ni podrá provocarle jamás. La voz que lo hizo detenerse y darse cuenta de lo que había hecho.

La voz del amor de su vida.

Esa era la voz de su amado.

Y en ese momento lo supo, no sabía que estaría allí, porque él no era su objetivo.

Desde lejos se podía ver y sentir su desesperación, pues a pesar del viento que soplaba y el frío le calaba hasta los huesos, sudor rezumaba de su cuerpo y vibraba, muerto de terror. Corrió en dirección al auto lo más rápido que sus piernas le permitieron, acompañado del repiqueteo de sus botas sobre los charcos de agua. Sin pensarlo dos segundos más, tan rápido como si su vida dependiera de ello; tiempo era de lo que estaban escasos ya que el auto podía estallar en cualquier momento y el Omega se encontraba dentro. Con esfuerzo abrió la abollada puerta y logró sacarle entre medio de sus quejas en tono fatigado. Podía sentir su cuerpo estremecerse mientras le llevaba en brazos lejos de allí, fuera del peligro. A punto del desmayo y perder la consciencia, podía escuchar sus susurros prometiendo que todo estaría bien, cuando en realidad estaba lejos de estarlo.

Solo podía contemplar su rostro, el cual se encontraba un poco magullado a causa de los golpes recibidos por el choque, de igual manera lucía hermoso y angelical.

Todo estará bien —sus palabras temblaban de miedo. Quizás el de perderle—. Tranquilo, estás a salvo.

Sus ojos inquietos inspeccionaron el magullado semblante ensangrentado. La preocupación en sus joyas chocolates no le transmitían paz al joven, como siempre lo hacían. Siendo depositado su cuerpo en el suelo pedregoso con cuidado, pues apenas y podía sostenerse, por lo que el Alfa lo hizo.

Antes de escuchar el grito de alguien más en la escena, el estallido se aproximó. El fuego se apoderó y consumió el auto, y todo a su alrededor. La nube anaranjada cubrió el crepúsculo, pero no llegó a ellos.

¡¿Qué has hecho?!

Justo ahí se dio cuenta, por el alarido de angustia, que no era el único en la escena del accidente y sintió sus rodillas flaquear.

Lo único que faltaba para completar el desmesurado caos de esa noche y aumentar su culpa, era que apareciera el hombre al cual él seguía con devoción, el padre del Omega. El mismo el cual les había prohibido permanecer juntos y amarse con libertad. El mismo hombre que odiaba con todo su ser.

Estaba muriendo en desesperación, lo confirmó por la forma en la que tiraba de su cabello y lo podía oír maldiciendo entre su llanto. ¿Qué había dentro del auto que su alma se conmovió de tal manera? Quería saber, estaba harto de los secretos.

Lo siento —las lágrimas saltaron de sus ojos, resbalando desconsoladamente por su hermosa piel acaramelada. Sus sentidos volvieron a la vida cuando vio las intenciones del Alfa, planeaba huir. Luego de todo lo que habían atravesado, fue su decisión más cobarde. Todo había resultado mal, solo por no esperar a verlo. Pues llevaba varios días sin noticias de su parte y cuando supo que había vuelto a la ciudad, corrió en su búsqueda tomando el auto de su padre sin permiso.

No te vayas.

Fue demasiado tarde cuando quiso aferrarse al Alfa y nunca dejarlo ir.

Fue su peor error, olvidarlo.

Y se perdió entre las ramas del bosque y sus recuerdos.

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Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora