🌷Muchas personas tenían un concepto mal aclarado o equivocado en cuanto a una cosa: el buscar una persona con las mismas cualidades.
La diversidad es algo de lo que el mundo abunda, y a veces tiene sus sorpresas bien escondidas. Dos personas que comparten las mismas cualidades sí pueden amarse, pero en el futuro se convertiría en algo monótono.
Lee Minho sabía que no se había equivocado en su elección; Han Jisung era el escogido para él. A pesar de ser tan diferentes en cuanto a actitudes y costumbres, ambos se complementaban y aprendían cosas nuevas y mejoraban como persona. Había sido extravagante la forma en la que se conocieron, pues el Omega castaño lo confundió con un ladrón. Y cada vez que lo recordaba reía a carcajadas viendo cómo las mejillas de Jisung se tornaban de un adorable color rosado sobre su piel morena.
Al Alfa le encantaba abrazarlo en las noches mientras veían alguna comedia y lloraban juntos con los dramas. Ambos entristecían cada vez que debían despedirse, ya que la familia de Minho era algo estricta y no les permitía vivir juntos como los adultos y pareja establecida que ya eran. Había sido arduo el que aceptaran a Jisung, pues el Omega venía de otra ciudad con las manos vacías y Minho le acogió desde el principio. Al castaño no le importaban los rumores que los Lee creaban sobre él. No era ningún mantenido, desde el comienzo luchó por obtener todo lo que hoy día tenía, y muchas veces se negó a los obsequios que Minho le quiso dar.
Su corazón le pertenecía al Alfa porque nunca lo juzgó, sí pensó que estaba loco cuando la primera vez que le vio le atacó y le pateó los testículos, quizás eso le había dejado loco a él.
El esperado día había llegado y con eso los nervios y la paranoia. Jisung se observaba en el espejo cada dos segundos asegurándose de que su maquillaje estuviera perfecto y sus cabellos prolijamente arreglados. Estaba a punto de morder sus uñas, pero luego recordaba que podía dañar su manicura.
—¿Mi cabello luce bien? —preguntó, con los nervios de punta. Faltaban pocos minutos—. ¿Crees que tengo mucho labial? ¿Se ve mal?
—Estás hermoso, Jisung. Todo está perfecto —le dijo Jeongin, siendo sincero. Dejó salir un suspiro y alisó las arrugas inexistentes de su traje.
—Gracias por estar aquí —se giró hacia el Omega, quien yacía sentado al borde de la cama—. Sé que no estás pasando por tus mejores momentos —levantó el ruedo de sus pantalones para no arrástralo, caminando hacia él y tomó sus manos—, pero aquí estás. Jamás hubiera podido hacer esto sin ti.
—Yo soy el que tengo que darte las gracias. Has estado conmigo cuando más lo he necesitado —se escapó una lágrima por el rabillo de su ojo, la cual Jisung se encargó de limpiar. El que Jeongin hubiera perdido a alguien le había pegado muy fuerte, y más estando embarazado, le afectaba el doble. De verdad apreciaba su esfuerzo de estar allí para él.
Le afectaba verlo cargando tanta nostalgia en su corazón, habían veces que ambos lloraban juntos la pérdida de Hyunjin, aunque Jisung nunca le hubiera conocido en la manera que Jeongin lo hacía. Solo compartía su dolor.
—Lo siento tanto.
—Hoy es tu día especial —sorbió su nariz—. No hay por qué estar triste —le ofreció una sonrisa. El Omega castaño le abrazó y susurró unas palabras de gratitud en su oído.
Jeongin asintió.
—¿Recuerdas cuándo nos conocimos?
—¿Cómo olvidarlo? —Jisung rió al recordar cómo Jeongin le había confundido con el Omega de Minho.
Dentro de poco llevaría ese título.
Ellos habían mantenido su relación en secreto por muchos años y en ese momento pensó que todo estaba siendo muy obvio. Resultó que Jeongin era un joven muy despistado y en todos esos años nunca se percató que su jefe y compañero compartían sentimientos. Hasta que los había encontrado en su oficina a punto de tener sexo.
El recuerdo trajo una sonrisa al rostro de Jeongin y besó la mejilla de su amigo antes de ponerse de pie.
—Agh, estos malditos calambres —el de cabello rojillo dió vueltas por la habitación acariciando su vientre abultado de varios meses de embarazo.
—Jeongin —lo llamó Jisung—. Todo estará bien. Lo sé.
—Gracias.
Jisung observó el reloj, ya era hora.
Se observó por última vez en el espejo antes de escuchar que tocaban a la puerta y dejaba salir un suspiro.
—Vamos —agarró la mano de su amigo y ambos salieron de la habitación.
Allá afuera le esperaba un apuesto hombre, con el que planeaba pasar el resto de su vida. Quería que todo pasara en un abrir y cerrar de ojos; a la misma vez quería mandar todo a la mierda y salir huyendo como un cobarde.
Apretó la mano del menor mientras caminaba por aquella larga pasarela alfombrada. Los nervios gobernaban su ser. ¿Estaría tomando la decisión correcta? ¿Minho era el indicado para él?
Había esperado para este día especial y que estas preguntas surcaran su mente le había hecho sentir lo peor. Comenzaba a sudar dentro de aquel ostentoso traje que costaba más que su departamento en la ciudad.
¿Qué pasaría si su vida no volviera a ser la misma? ¿Y si se convirtiera en una de esas viejas estiradas de la familia Lee? ¡Qué pesadilla!
Se conocía a sí mismo. Sabía que algunas veces era terco y testarudo, se había hecho de rogar y le hizo pasar malos ratos al hermoso hombre que le esperaba con una hermosa sonrisa al final de la pasarela, listo para prometer pasar el resto de su vida junto a Jisung.
Por más que se contradijera, sabía que había tomado la decisión correcta.
Y quizás sí, era diferente. Pero, ¿qué más daba? Hacía la vida más interesante.
Minho complementa al Omega, al igual que Jisung lo hacía para el Alfa. El tremendo castaño que había cautivado su corazón y que con un chasquido de sus dedos le tenía a sus pies.
Quizás estaba loco, loco de amor por él.
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Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️
Fanfiction❝ La vida a veces nos trae sorpresas, estas pueden tener buenas o malas consecuencias. ❞ ➳ romance, drama, angst, OMEGAVERSE {2024 ©| GucciGirlV}