21.

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Luego de asegurarse de que Hyunjin dormía profundamente, salió de la casa.

La mañana le recibió de golpe con mucho frío. Apenas los primeros rayos de sol alumbraban la habitación, se colocó nuevamente su ropa y huyó. No se sentía precisamente cobarde, solo quería buscar las respuestas que faltaban. Hyunjin le había dicho que esperara, pero Jeongin sentía que el tiempo se le escapaba de las manos.

Se dedicó a buscar una llave.

Había visto miles de veces esa habitación al final del pasillo, sin embargo, su curiosidad no había sido tan grande como ahora. Averiguaría que se encontraba detrás de aquella vieja puerta de madera. Buscó en todos los cajones de su habitación, debajo de la cama, los sofás, en la cocina, pero no tuvo éxito. Estaba que arrancaba los cabellos rojizos de su cabeza de lo frustrado que se encontraba. ¿En qué otro lugar se puede guardar una llave? Debió pedirle ayuda a Hyunjin, o al menos, haber esperado. Debió esperar a que él se despertara. Él debía estar preguntándose por Jeongin. El cansancio lo comenzaba a abatir, por lo que tomó una ducha, eso lo recompuso un poco.

Seguía sin respuestas.

El toque del timbre lo hizo saltar en su lugar. Se había quedado dormido en el sofá, fue inevitable. Observó el reloj y ya había pasado la hora del almuerzo, su estómago gruñía. Ni siquiera había tomado el desayuno.

—¿Jaeyoon? —se sorprendió mucho al ver a su exnovio parado frente a la puerta de su casa. No lo había vuelto a ver desde lo ocurrido en el hospital, cuando Hyunjin lo había dejado inconsciente de un solo golpe. Aún seguía escuchando el rumor de lo que había sucedido. Quizás venía a disculparse o decirle que dejaría de acosarlo, al fin—. ¿Qué estás haciendo aquí? —Aún no se fiaba mucho de él, por lo que no tenía la puerta completamente abierta.

—¿Po-podríamos hablar? —preguntó el anteriormente nombrado. Parecía algo inquieto, lo que Jeongin notó y lo llenó de intriga, ya que también un poco de sudor cubría su frente. Asintió lentamente y cerró la puerta detrás suyo, saliendo a su encuentro.

Miró la casa de al lado, el auto de Hyunjin estaba allí, significaba que él también estaba, no tenía de qué temer, pero no sé sentía seguro al cien por ciento. Quizás si algo sucediera y tuviera que gritar, lo escucharía.

—¿Y? —Jeongin habló, con la voz un poco temblorosa y se abrazó a sí mismo—. ¿A qué has venido?

—Verás, lamentó lo que ocurrirá a continuación, pero no le queda otra alternativa a tu padre.

No sabía qué tenía que ver su padre en todo el asunto.

—¿De qué estás...?

—Lo siento —dijo Jaeyoon, antes de que unos hombres vestidos de negro salieron de quién sabe dónde y lo tomaran por los brazos y arrastraran del porche de su casa.

Entró en pánico.

Se había confiado mucho, ¿no?

—¿Qué está ocurriendo? ¡Suéltenme! —Jeongin trató de zafarse, pero le fue imposible, también el gritar por ayuda.

Luego de que lo hubiesen montado en aquella camioneta de vidrios tintados, ya no pudo hacer nada. Vio que Hyunjin en ese momento salía de su casa con ropas distintas. También en ese momento vio un auto estacionarse frente a su casa y de él bajarse el pelinaranja.

Fue muy tarde.

—¿Qué haces aquí? —Fue un poco duro al hacer la pregunta.

Yeonjun se acercó a él con sus manos resguardadas en los bolsillos de su pantalón. Mantuvo distancia de Hyunjin, temía que se enojara con él, como la vez pasada y propinarle un golpe.

Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora