Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️

22.

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Tenía que poner su plan en acción para salvar a su amado y ponerle fin a la situación, de una vez por todas.

El tiempo fluía tan rápido que se le escapaba de las manos, como si de agua se tratase. Yeonjun pronto llegaría con los refuerzos de la policía y le echarán una mano. ¿Cuánto más tardarán? Estaban tomando una eternidad. No esperaba que la situación se tornara de aquella manera.

—Pon atención a lo que diré —susurró Hyunjin, cuando oyó que ya venían por ellos—. Buscarás la salida cuando escapemos de esta sala y prométeme que serás rápido —Jeongin asintió frenéticamente, él aún sostenía sus mejillas y terminó de limpiar sus lágrimas. Sentía una fuerte opresión en su pecho el saber que perdería al Omega y la última vez que lo vería sería soltando aquellas lágrimas no causadas por dolor físico—. Han colocado explosivos en el edificio y muy pronto estallará. No es seguro estar un segundo más aquí —los ojos de Jeongin se abrieron más de lo normal. Sí, Hyunjin tampoco esperaba eso—. Mi auto está en el amplio estacionamiento y conducirás hasta la estación de policía y de allí no saldrás hasta que todo se haya resuelto. ¿Entendido? Confío en ti.

—¿Qué pasará contigo? ¿Si tienes que volver a irte? —preguntó, en medio de sollozos.

Hyunjin tampoco sabía qué pasaría con él, pero ileso no saldría, de eso tenía certeza. Se formó un nudo en su garganta y apretó al Omega contra su pecho, sintiendo como si fuera la última vez que estarían de aquella manera.

Abrazados, con Jeongin entre sus brazos.

—Yo... no lo sé —agitó la cabeza, dejando caer su frente contra la de Yang, quien se aferraba con todas sus fuerzas al Alfa.

Sería libre de toda esa pesada carga sobre sus hombros que había estado arrastrando por años, una vez que acabara con todo esto y ese maldito hombre que había hecho de su vida un infierno. Aquel trato de mierda había acabado con su vida. ¿Hasta cuándo seguiría pagando las consecuencias?

Deslizó las llaves de su auto al bolsillo trasero de Jeongin y acarició su cabello rojizo antes de empujar con todas sus fuerzas la puerta de aquel casillero.

Remontado de nuevo a la escena, luego de dispararle al hombre bajo el casillero, darle un doloroso adiós a Hyunjin, corrió, pero no olvidando el plan de su amado. Tan pronto disparó aquel arma, la dejó caer al suelo y luego vio a Hyunjin también caer. Quería que toda esta pesadilla acabara o que el tiempo volviera atrás. Que hubiese podido recordar todo antes se hubiera ahorrado toda esta tragedia. Si hubiera sido más inteligente y permanecido al lado de Hyunjin no lo hubieran encontrado y quizás estarían juntos.

Encontró la puerta con un letrero de luces rojas que decía salida. No sabía cómo aún seguía funcionando, ya que supuso que el edificio no tenía energía eléctrica. Por suerte, esta cedió al abrirse. No obstante, se decepcionó al no encontrar lo que esperaba. El lugar al que había entrado parecía un almacén que se encontraba deteriorado con el paso de los años. Cables sin electricidad colgaban del techo y había una construcción de vigas que no estaba terminada y con el paso del tiempo su estado era oxidado y abandonado. Había polvo y oscuridad por todas partes y el suelo mojado.

No podía controlar sus lágrimas y el dolor que comprimía su corazón. Se detuvo un momento; no podía seguir, no podía más. Sentía que ya lo había perdido todo. ¿Para qué seguir huyendo cuando no lo tenía a su lado? ¿Para qué seguir corriendo si ya lo había perdido? Solo se escuchaba el eco que sus sollozos y lamentos provocaban. El lugar estaba tan vacío y desolado como su corazón.

Se alertó y su pulso se disparó cuando alguien más abrió la puerta por donde había entrado segundos atrás y una figura masculina hizo acto de presencia. Se puso de pie y comenzó a retroceder, buscando inconscientemente con la mirada algún objeto por sí el hombre decidía avanzar hacia él y tuviera así con qué defenderse. Aunque sabría que no le haría daño, o al menos, no tanto. Solo querían llevarlo de vuelta a aquel hombre, pero llegaría primero muerto que a ver su repugnante rostro una vez más. Ahora su odio por él se había duplicado al ser la persona que había dado la orden de quitarle la vida a Hyunjin.