Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️

Epílogo

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El corazón es el órgano principal del aparato circulatorio y está divido en varias partes.

Los humanos le tienen dos significados; una manera concreta de verlo y una manera abstracta de sentirlo. ¿Qué es tener un corazón roto? Físicamente sería tenerlo partido a la mitad, pero si eso ocurriera, no tuviéramos la manera de vivir correctamente.

Las promesas de amor eterno no existían, pues podían fácilmente quebrarse. Un pacto de matrimonio no era para siempre, uno de los dos implicados podía romperlo. Una promesa de estar allí para siempre no es válida si te enfrentas a la muerte, ya que después de esta no hay más vida. Y muchas personas vivían equivocadas por este último pensamiento.

Nadie podía venir de la muerte a visitarte.

Un suceso arrebató sus recuerdos y se llevó consigo momentos y personas valiosas de su vida. Mientras recordaba se sentía engañado, como si todo el tiempo hubiera vivido atrapado o dentro de una mentira. Si por su parte no pudo recordar, ¿por qué nadie le ayudó? No estaba enojado con nadie, ni siquiera con su padre. Al contrario, fue él quien contribuyó la mayor parte en mantener sus memorias lejos. Vivía agradecido, Hyunjin había vuelto a su vida. Aunque en las noches dormía abrazado a él, con miedo de que al día siguiente no estaría más allí.

Ahora se podía decir que al fin eran una familia. La pequeña Yongjin amaba a su padre y quería estar todo el tiempo junto a él. La podías ver corriendo por toda la casa y a Hyunjin detrás de ella todo el día. Era la niña de sus ojos. Jeongin los observaba en las noches, cuando Hyunjin la llevaba a la cama y le cantaba canciones de cuna hasta que la pequeña se quedaba dormida en sus brazos.

—¿Otra vez espiando? —preguntó el Alfa, cuando vio a Jeongin de pie en el marco de la puerta.

—Es solo que se ven muy hermosos.

Todo había pasado muy rápido.

Se habían casado, fue una celebración muy pequeña con los más allegados. Habían comprado una bonita casa con un gran patio y los fines de semana hacían parrilladas e invitaban a los más cercanos. Sin duda vivían felices. Jeongin aún trabajaba en el hospital y Hyunjin había convertido en autor de libros bajo un seudónimo consiguiendo un buen empleo, aunque tardó un poco debido a sus antecedentes, a pesar de ya haber pasado diez años desde lo ocurrido. Se había graduado de la escuela de artes y eso permitió que se abrieran otras puertas. No había perdido el tiempo en esos años que estuvo lejos. Expresaba sus sentimientos a través de hermosos trazos sobre los lienzos y letras sobre las páginas. Le había dicho a Jeongin que no era necesario que también trabajara, pero el Omega se había negado con la excusa de que estaría todo el día sin hacer nada.

—Últimamente te ves más hermoso de lo normal — habló a su oído mientras lo abrazaba de los hombros y contemplaban a Yongjin dormir—. ¿Qué será?

—No lo sé, ¿es esa una de tus tácticas para tener sexo conmigo?

—Quizás —se encogió de hombros y dejó salir una risa—. Aunque eso no tengo que pedirlo, solo lo hago.

—¿Qué estás insinuando, Hwang Hyunjin?

—¿Acaso tienes tu celo? —Jeongin se giró hacia él, quien lo miraba con una ceja elevada y una sonrisa en los labios. Quería borrársela con un golpe, pero sabía que sonreiría aún más. Esta faceta de él, la cual había olvidado, aún le sorprendía.

—No, pero...

Lo cargó sobre su hombro no dejándolo terminar su oración y soltó un grito cuando le dio una nalgada. Y vaya que había sido fuerte, se escuchó el sonido sordo por toda la estancia y un ardor se propagó en esa zona. Jeongin le golpeó en la espalda con sus puños haciendo que él riera a carcajadas.