23.

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Al fin había salido de toda la mierda.

Por fin era libre de sus deudas, pero no impidió que tomaran represalias en contra suya. Sin embargo, no hizo nada, recibió cada golpe en su rostro y cuerpo. Luego de eso no lo joderían más, había cumplido su parte, no podían tocarlo. Aún pensaba el por qué se había envuelto en tan grande lío; la razón comenzaba por la necesidad. No buscaba conflictos y mucho menos guerras, solo necesitaba algo de dinero y no lo pensó dos veces cuando aquellos hombres se lo ofrecieron. Claro, debía devolverlo en una cierta cantidad de tiempo, pero los cabrones habían sido muy insistentes y se metieron en su vida personal.

Se metieron con lo que le importaba.

La vida a veces era jodida, tenía que buscar la manera de seguir adelante. Aún así si era de la manera más sucia.

—¡No se atrevan a tocarlo! —su garganta estaba cansada de gritar y se quedó sin aire luego del puñetazo en su estómago. Ya sus piernas flaqueaban y ni dos segundos después se encontraba en el suelo mugroso de aquel lúgubre callejón.

Aceptó cada doloroso golpe a gusto, con tal de que no le tocaran ni una sola hebra de su rubia cabellera. Tenían sus manos en Felix, la ira corría por su sangre, no obstante, no hacía más que gritar, pero nada le dolía más de esos golpes que verlo arrodillado en el suelo con lágrimas recorriendo sus pecosas mejillas y suplicando por que se detuvieran. No sabía si las lágrimas eran por el deplorable estado en el que se encontraba, o porque esos tipos tenían sus asquerosas manos sobre su cuerpo.

—¡Dije que no lo toquen! —Solo risas burlonas eran sus respuestas y más golpes, esta vez en el rostro y gruñó apretando los dientes.

Eran muchos en contra de un solo hombre, posiblemente podían matarlo, aunque Changbin no era un hueso fácil de roer.

Había tenido que hacerlo por su propia cuenta, aprender a ser fuerte.

No sabía en qué momento Felix se había visto involucrado, en qué momento habían llegado juntos a aquel callejón oscuro y aquellos hombres no dejarles salida. Se sentía inútil, después de todo no podía protegerlo.

—Por favor, deténganse. Lo van a matar —su voz era lo único que lo mantenía lúcido y con la esperanza de que saldría de allí junto a Felix, que el infierno pasaría. Se escuchaba roto y eso hacía doler su corazón.

Quizás esa última súplica había hecho que vieran su estado vulnerable y se detuvieran. Los escuchó reírse una vez más y comunicarse entre ellos a base de murmullos y susurros, pero eso no era lo que le importaba. El Beta estaba bien, nada le había ocurrido. No pasaron ni tres minutos cuando los hombres se marchaban y Felix se acercó a ayudarle a ponerse en pie.

—Con cuidado, mira cómo te dejaron —sollozó, mirando su hermoso rostro manchado con su propia sangre y horribles golpes en él.

Le dolía el costado y ponerse sobre sus pies fue una completa agonía, su estómago tendría múltiples hematomas al día siguiente y no sabía si le dolería más de lo que lo hacía ahora. Incluso respirar era un infierno.

—No pasó nada, estoy bien. —Pero ni siquiera podía sostenerse a sí mismo, e incluso trastabilló un par de veces—. No te hicieron daño, ¿cierto? —tomó su rostro entre sus manos y luego unió sus frentes.

Felix negó con la cabeza repetidas veces y tomó sus manos.

—Vamos —pasó un brazo por su cintura y lo ayudó a salir de ese callejón. Changbin no le superaba estatura, pero era grande en masa muscular comparado a Felix, el rubio tuvo un poco de dificultad en sostenerlo—. ¿Quienes eran ellos, Changbin? ¿Por qué te hicieron esto? —le era imposible no seguir derramando lágrimas.

Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora