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Ya no sabía de qué lado de la cama voltearse.

Había intentado de todo para poder conciliar el sueño.

Sin embargo, le era imposible. A su vecino se le había ocurrido la magnífica idea de poner su música a todo volumen hace unas tres horas atrás y casi se acercaba la medianoche. Parecía como si tuviera una fiesta justo al lado de su casa. En ese momento odió la cercanía de las casas en ese vecindario. En realidad, no era la primera vez que lo hacía. Por suerte, no se había escuchado a la pareja que vivía a su derecha. Se negaba a escuchar aquellos quejidos de vaca. De solo pensarlo un escalofrío recorría su columna.

Resignado y con su pijama de pantalones cortos, decidió salir de la cama y hacer algo útil por primera vez en toda la noche. Iría a la casa de su vecino y le pediría que bajara el volumen de la música, que en cualquier momento parecía reventar sus ventanas, si no era mucha molestia que también la apagara y diera por concluida la fiesta.

Todo lucía calmado a diferencia de la casa a su izquierda, que parecía también tener luces de discoteca en su interior y explotar en cualquier momento. ¿Acaso estaba sordo?

Exhaló y alzó su puño para tocar la puerta con sus nudillos. Había timbre, pero no quería molestar. No creía que a su vecino le molestara su petición, pues se encontraban en día de semana y su música estaba demasiado alta, temía que en cualquier momento se quedara sordo o sus oídos sangraran. Estaba exagerando con lo último, pero sí era muy sensible a los sonidos. La verdad le agobiaba tener que despertarse en medio de la noche por escuchar algún insignificante ruido en alguna parte de la casa, como gotas de agua o un molesto insecto en su ventana.

Pasaron unos segundos cuando repitió su acción de tocar la puerta. Comenzaba a desistir; no obtenía respuesta. El ruido era muy alto a comparación de su simple toque. Se balanceaba sobre sus talones cuando la puerta se abrió mostrando a un Alfa de cabellera anaranjada sumamente alto, mucho más alto que Jeongin, lo que hizo que el Omega echara la cabeza hacia atrás para poder mirarle a los ojos.

Se rascaba la cabeza confundido y parecía que también andaba borracho. No tenía los ojos rojos ni las pupilas dilatadas, pero así lo dedujo. Luces salían del interior de la casa y el sonido se volvía insoportablemente fuerte, lo que le provocó fruncir el ceño. ¿En serio tenía aquellas luces dentro de la casa? Pero, ¿quién era él? Nunca lo había visto.

—¿Buscas algo, Omega? —habló, mirándolo desde sus pies descalzos hasta su rostro.

El Alfa tenía la piel muy blanca y la nariz respingada y puntiaguda. Lo más que llamaba su atención, además de su cabello, eran sus labios rellenos y rojizos. Era un joven Alfa de buen parecer, debía admitir. ¿Todos en la casa de al lado son malditamente guapos?

Jeongin se quedó con los labios entreabiertos unos segundos mientras miraba al hombre. A pesar de que su voz era dulce había sonado demandante. Trató de no cubrir uno de sus oídos con la palma de su mano por el ruido.

—¡Hola, ¿podría hablar con la persona que vive en esta casa?!

—¿Te refieres a Hyunjin? —Esta vez tomó una pose despreocupada recargándose en la puerta y mirándole con los ojos entrecerrados, era evidente que lo juzgaba. Ya no parecía estar borracho. Era como un gatito encerrado en el cuerpo de Chucky.

—¿Hyunjin?

—Sí, Hyunjin.

Quién era ese, se preguntó Jeongin. ¿Por qué seguía repitiendo ese nombre? Lo había escuchado antes...

—Cabello negro con mechones largos, ojos oscuros, de esta altura... —alzó su mano a lo que recordaba su estatura, describiendo a la persona que había visto en la mañana. Las características que ofrecía no eran tan detalladas, la mayoría de los hombres en ese país las poseían. El Alfa frente a él seguía con la misma expresión en el rostro y ahora con los brazos cruzados. Nunca debió haber venido—. Bien, supongo que no —soltó una risita y luego apretó los labios.

Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora