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Tres días exactamente habían pasado.

Tres días en los que se escondió y huyó como idiota con tal de no encontrarse a su vecino. Trabajó horas extras solo para llegar más tarde a su casa y no encontrarlo. Se levantaba al amanecer y llegaba más temprano al hospital solo para no verlo. Todo era absurdo y se encontraba exhausto. Una vez estuvo apunto de ser atrapado escondiéndose detrás del arbusto, de no ser porque Hyunjin había llamado al cabeza de chorlito de su amigo y éste detuvo su camino a la cerca, donde Jeongin se escondía.

Debía darle las gracias después de todo.

Esa mañana no se encontraba tan fría en comparación a otras, por lo que no se había quejado en ir al trabajo, sino que terminaría con las piernas congeladas. Miró su reflejo en la pantalla apagada de su celular y vio que sus raíces negras estaban a la vista. Maldijo por haber olvidado comprar su tinte, iría hoy una vez saliera del trabajo. Haciendo caso omiso a esto, continuó con la tarea que le había asignado su jefe.

Jeongin tenía los rasgos comunes de su nacionalidad. Sus ojos eran particularmente rasgados como pocos los tenían y los pómulos altos. Teñía su cabello de rojizo y lo llevaba cortado a la altura del cuello, apenas rozaba sus hombros o le era suficiente para hacerse un peinado decente. También tenía un flequillo que el viento hacía bailar en su frente, casi siempre llevaba maquillaje para tapar algunas imperfecciones; esto hacía ver su rostro más aniñado y lo odiaba. No le gustaba su tono de piel, era muy pálida y lo encontraba aburrido, necesitaba tomar un bronceado urgente. Poseía un poco de curvas, no era algo exagerado, pero sí tenía. Había heredado poco de los genes de su progenitora, por lo que había visto en fotografías.

Se encontraba bebiendo de su chocolate caliente a las afueras de la sala de emergencias cuando algo captó su atención y tuvo que mirar dos veces, fue que en esos momentos se estacionaba un auto oscuro y de éste descender un hombre alto de cabellera negra y lo reconoció cuando removió los lentes oscuros que llevaba. No podía ser cierto, ¿lo había rastreado hasta saber dónde trabajaba? ¿Lo perseguía para que le pidiera disculpas? Aquel martes en el que irrumpió a su casa borracho jamás lo olvidaría. ¿Cómo pudo ser tan atrevido? Estaría marcado de por vida por aquel suceso.

Desesperado, buscó dónde esconderse cuando él comenzó a caminar en su dirección. ¿Lo habría visto? Se agachó y escondió su rostro en sus rodillas. Con la capucha de su abrigo se cubrió la cabeza, como si esto la hiciera invisible, teletransportarse o desaparecer de la faz de la tierra. Lentamente comenzó a mover sus piernas tratando de alejarse un poco, aún en la misma posición. Escuchó pisadas de zapatos resonar en el asfalto cada vez más cerca y se detuvo. Apretó sus ojos rezando al cielo porque lo pasara de largo. ¿Quién quería charlar con un psicópata con complejo de duende?

Seguramente alguien más demente que él.

—¿Se encuentra bien? —la voz baja llegó a sus oídos, echó de menos escucharlo. ¡No! ¿Qué cosas sin sentido eran esas? Estaba siendo exagerado.

También llegó a sus oídos el carraspeo masculino y agitó su cabeza afirmando. Si hablaba se arriesgaba a que lo reconociera. Agarró la tela que se resbalaba de su cabeza antes de que se cayera al suelo y lo dejará al descubierto. Ya sentía que era James Bond en una de aquellas escandalosas escenas de acción cuando se encontraba en alguna misión. Excepto, que, a comparación con una de esas complicadas misiones que robaban el aliento de la audiencia, la suya se consideraba infantil y estúpida.

—Bueno... — miró de reojo los zapatos que no se movían de lugar.

Vete, vete, vete.

Al fin estos se movieron y pudo volver a respirar nuevamente. Eso había estado cerca. No estaba listo para enfrentarlo, no aún. Luego de aquella noche en la que se encontraba ebrio y aún no podía recordar bien todo lo ocurrido. Prefería esconderse hasta el fin de los días, y si eso no bastaba, quizás, mudarse de ciudad o país.

Empreintes ➳ SKZ{HYUNIN} [FINALIZADA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora