Capítulo 35

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A raíz de la boda, todo en la casa de los Capuleto había cambiado, comenzando con el dormitorio de Rosalina que fue trasladado a otra de las áreas de la casa para que tuviera su privacidad matrimonial, duró una sola semana en aquel lugar, después de ello el propio Alessandro la sacó de la habitación, argumentando que ella se movía demasiado al dormir y que necesitaba descansar bien para las justas que sucederían cerca del final del verano, Rosie sintió eso como un alivio y regresó a dormir a su vieja habitación al lado de la mía. Los padres de Alessandro permanecerían en casa hasta que fueran las justas, no eran las personas más amables del mundo y sobre todo eran curiosas, se paseaban mucho por el lado oeste, después de un par de intentos fallidos de escape, escribí una carta al escultor y se la di a Benvolio para que la llevara, él hacía lo mejor que podía, pasaba mucho tiempo de recadero, convencí a Pedro para que lo designara a mi servicio personal, servía de mucha ayuda para Romeo y para mí, era la única forma en que me comunicaba con el mundo exterior y a él le ayudaba el no tener que pasar tiempo viendo a Rosie y Alessandro juntos. Paris llegó el día después de la boda y pasa mucho tiempo a mi lado, como si lo hubieran reprendido por haber estado viendo los entrenamientos en vez de convivir con su prometida, llegó con cientos de regalos, a los novios les regaló una escultura de cristal de 2 palomas, a Teobaldo regaló una espada, a mi madre le regaló un parasol y a mi padre una pintura de un paisaje lejano, que colgó en la escalera; para mi trajo un par de vestidos, pinturas, libros que no había visto en la biblioteca y un nuevo tablero de ajedrez; no estoy muy segura de que fue a hacer en su viaje pero quizá sus padres sentían la necesidad de hacer énfasis en nuestro matrimonio ahora que el de Rosalina había sido consumado. 

Yo, caminando en los jardines: Poco a poco las cosas se ven más normales, ¿no le parece, conde?

Paris: La verdad es que si, desde la boda todo parecer mucho más tranquilo, hasta tenemos tiempo para estar juntos, extrañaba su compañía.

Yo, con humor: Y yo la de usted, pasaba mucho tiempo con las justas.

Paris, algo avergonzado: soy un gran admirador del equipo de la casa, su primo es una de las personas más talentosas que he visto, y Alessandro es una máquina en toda regla. ¿Cómo se encuentra su prima?

Yo: Rosalina parece distraída ¿cierto? ya no parece la misma dama de compañía

Paris: es normal, seguramente estará a la espera.

Yo: no lo creo, no es de nuestra incumbencia pero el matrimonio no comparte cama, ni siquiera habitación.

Paris, sombrado: ¿Es eso permitido?

Yo: Aparentemente, Alessandro dice que ella no le deja descansar y la sacó de la habitación.

Paris: Cosas que a nosotros nunca nos sucederán, ya la he visto con problemas de sueño, creo que estaremos bien. (cambiando el rumbo de la conversación) a propósito, me gustaría comer con los jóvenes, como hacíamos antes de la desaparición de tu prima, sería bueno volver a ese grupo de jóvenes de la casa, compartir cotilleos e informarnos tranquilamente.

Yo, emocionada: Me parece una excelente idea, ya no tenemos las tardes de té con Rosalina, podríamos juntarnos en ese mismo horario los jóvenes, justo como antes.

Paris, besando mi mano: Me encanta verla tan alegre, solicitaré a Pedro y a su Ama que nos preparen el lugar

Yo: y yo iré a buscar a mis primos, lo veré allá.

Caminé de regreso a la casa y busqué a Rosalina, la idea también le agradó, un poco de normalidad para variar, sin embargo me comentó que ese era el horario de entrenamiento de Alessandro y que no lo dejaría por nada, así que lo mejor sería invitarle a las reuniones pasando las juntas. Vagué por todo el lugar y no pude encontrar a Teobaldo, inclusive fui a verlo al entrenamiento y nada, no aparecía por ningún lugar, así que me dirigí a ver a mi madre, ella siempre sabía donde podían estar las personas, es su área de especialidad, de ahí que ella fuera en algún momento quien me daba los permisos de salida, por lo regular está bien informada.

El diario de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora