Capítulo 5 - Rosalina POV

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Sabían que Julieta no lee su diario, pasa horas escribiendo en él pero jamás lo vuelve a leer, me di cuenta cuando le pregunté sobre algo que había escrito ahí y me dijo que ni recordaba que le había pasado. Así que porqué no, contar algunos detalles, igualmente ella nunca lo va a saber. 

Calmar a Julieta no fue nada fácil, estaba a punto de llorar por el ataque de pánico. Es una niña fuerte y decidida pero sigue siendo una niña, la cual tiene demasiada carga para su corta edad. Después de un vaso con agua, un abrazo, retocar su maquillaje y demasiada respiración profunda, por fin bajamos al baile. El cisne negro y el cisne blanco llegaron justo a tiempo para los cálculos de Julieta, ella sabe llegar elegantemente tarde; un mar de máscaras nos recibió en el salón principal de la casa, ninguno volteo a vernos al llegar, a nadie le interesó felicitar a Julieta, pero todas y cada una de las conversaciones eran exactamente lo mismo "los Capuleto por fin superaron la muerte de Julieta", inclusive llegué a escuchar un "yo creo que es la nostalgia porque este año sería su cumpleaños 14 y ya saben eso de sus ceremonias de bienvenida a la edad adulta, aún recuerdo la de Rosalina, pobre chica, pese a que su baile fue la celebración de una próspera familia, ella los rompió desde dentro". Al ser dama de compañía no debo olvidar que ella es la que importa, pero ganas de callar bocas no me faltaron.

Durante la segunda pieza lo pasamos junto a sus padres, hablando de cosas banales como los asistentes, las máscaras y si alcanzaría el alcohol, todos aquí beben como si no fueran dueños de un viñedo o no conocieran a quien les venda a un menor precio, aunque honestamente yo también lo hago, solo que yo si tengo derecho, yo no poseo nada, cada copa cuenta. En cierto, punto 3 figuras masculinas con máscaras improvisadas atravesaron el umbral y se colaron en la fiesta, y yo sabía exactamente quienes eran, todo el alcohol que había bebido desapareció de mi sistema.

Yo: me debo ausentar un momento, si me disculpan.

Julieta: adelante, disfruta la noche.

Me acerqué a ellos sin armar ningún escándalo, si los demás notaban su presencia y que yo estaba con ellos, creerán que volví a traicionar a la casa al invitar a los Montesco, y no me puedo permitir dejar sola a Julieta.

Yo, entre dientes y realmente enojada: ¿Pero que demonios hacen aquí?

Mercutio: Rosie, mi vida, uno de sus criados invitó amablemente a Romeo y Benvolio, yo me invité prácticamente solo.

Yo: Aja y los mencionados ¿Dónde están?

Mercutio: Buscándote, eres bastante escurridiza amor mio, tal vez si Romeo fuera en sentido contrario sería más sencillo encontrarte.

Yo: no hagas destrozos, no te muevas y de ser posible vuelve a casa.

Mercutio, haciendo una reverencia sarcástica: lo que usted mande, señorita.

Desde ahí, encontrarlos no fue muy difícil.

Yo, algo harta: los Montesco en la casa Capuleto ¿Qué se han vuelto completamente locos?

Benvolio: Romeo ayudó a uno de sus criados a leer la lista de invitados y él amablemente nos invitó.

Romeo: oh mi querida luna, he perdido la cabeza por tus dulces ojos verdes.

Yo: Romeo, oh Romeo. Entiendo que es legítima su invitación y que tienen derecho a estar aquí, pero entiendan que es peligroso.

Romeo: me iría ahora mismo si tu me concedes una pieza.

Yo: por desgracia, ya tengo acompañante, pero puedes buscar a Frannie.

Romeo, con una mirada de ilusión: ¿En dónde la encuentro?

El diario de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora