Capítulo 3

12 0 0
                                    

Una de las peores noticias del día vino poco antes de la cena; aseada y lista, bajé la escalera y cuando me encontraba al pie de la misma anunciaron lo peor, Paris estaba aquí. Supuse que al igual que los otros llegaría hasta mañana, solo para la fiesta, pero al parecer tenia otros planes, y decidió llegar a tiempo para la cena.

Paris: Mi querida y dulce Lady Julieta, permítame por favor felicitarla por su cumpleaños 14.

Yo: Estimado Conde, sea usted bienvenido a la casa Capuleto, que sorpresa verle aquí esta noche, pensé que lo vería hasta mañana en el baile de máscaras.

Paris: decidí venir antes a darle la sorpresa mi Lady, espero que no encuentre irrespetuoso mi atrevimiento.

Yo: irrespetuoso no, pero si algo inoportuno. Respecto a su felicitación se lo agradezco pero mi cumpleaños es hasta mañana, y aún le quedan horas a este día.

Paris: disculpe mi atrevimiento que tanto disgusto le ha causado y permítame compensarlo invitándola mañana a dar un paseo por los jardines después del desayuno.

Mi padre: un paseo por los jardines me parece una maravillosa forma de pasar el cumpleaños de Julieta antes del gran baile de máscaras, ¿Por qué no, querida hija, aceptas la invitación del Conde?

Yo: Estaría encantada, sin embargo, mi agenda de actividades diarias a penas me da el tiempo suficiente para arreglarme para el baile.

Mi padre: De eso mismo quiero hablar con todos ustedes en la cena, permítame Conde acompañarlo a la habitación de invitados, Julieta puedes ir adelantándote al gran comedor.

Yo: Como usted desee, Padre.

Una cita con Paris, que terrible forma de empezar los 14 años; no me mal entiendan, Paris ha sido el único joven con el que he convivido y por años me ha colmado de halagos, pero jamás he sentido nada por él, detesto su egolatría y que aparentemente solo quiere subir escalones sociales. Jamás hemos podido ser amigos, cuando estamos juntos hablamos de la nada, dice mi nana que de esa forma son todos los matrimonios, pero yo quiero más que eso, quiero que alguien me desarme con sus palabras y que el mundo se detenga cuando hablemos, que sea solo nuestro mundo y que nadie más importe.

La cena tardó un poco en empezar pues mi padre y Paris tardaron bastante en llegar, aunque por supuesto, fue un festín que nos preparaba mentalmente para la fiesta de mañana; fue complicado sentar un ambiente tranquilo y próspero, era evidente que algunos estaban sorprendidos por el regreso de Rosalina, muchos querían darme consejos sobre que es tener 14 y yo quería subir a pintar un rato.

Mi padre, levantándose: si me permiten unas palabras, quisiera darle la bienvenida a Rosalina; estoy muy contento, querida sobrina, por que tu exilio llegó a su fin.

Todos aplaudimos y Rosalina se levantó, hizo reverencias y tomo un poco de su vino.

Rosalina: Muchas gracias, querido tío; y muchas gracias adorada familia por readmitirme, he aprendido mi lección y moriré sirviendo a la casa.

Mi padre: Estamos seguros de ello, Rosalina. Todos aquí sabemos que aunque tomo su tiempo, maduraste y creciste para ser parte de nosotros. Por Rosalina.

Todos tomamos de alguna de nuestras copas.

Mi padre: Sin embargo, no es el único brindis que quiero hacer. Como todos aquí saben esta misma noche, mi querida y única hija, mi rayo de sol, la luz de mi vida y una de las mujeres que más amo en este mundo; cumplirá 14 años, convirtiéndola oficialmente en miembro del consejo familiar.

Felicitaciones se escuchaban a cada lado de la mesa

Mi madre: y como parte del consejo, ya no debes tomar la mayoría de tus clases por lo que tendrás mas tiempo para prepararte para esta nueva etapa en tu vida.

El diario de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora