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"No quiero más"

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"No quiero más"

Dafne no quería salir de su habitación. Se había refugiado bajo las sábanas, envuelta en un burrito de telas que la aislaban del mundo exterior. Los días pasaban y, aunque siempre había sido una amante de la comida, ahora se negaba a comer, dejando a un lado los platos que Madame Galie y Poro le traían.

Madame Galie estaba alterada y preocupada por su nietecita. Cada día, intentaba convencerla de salir, de comer algo, pero Dafne solo respondía con un murmullo o, a veces, con el más absoluto silencio. La abuela, con el corazón en un puño, veía cómo la vitalidad y la energía de Dafne parecían desvanecerse lentamente.

-Dafne, por favor, abre la puerta - Insistió Madame Galie, con la voz temblorosa, golpeando suavemente la madera- Necesitas comer algo. Sé que estás pasando por un momento difícil, pero no puedes seguir así-

Dentro de la habitación, Dafne apenas se movía. Su estómago rugía, pero la tristeza y la confusión eran más fuertes que el hambre. Todo su ser estaba agotado, como si la revelación sobre su origen le hubiera robado toda su energía y alegría.

Madame Galie, con los ojos llenos de lágrimas, miró a Poro, quien también estaba visiblemente preocupado.

-¿Qué hacemos, Poro? - Preguntó con desesperación-

Poro suspiró, tratando de mantener la calma. Se acercó a la puerta de la habitación de Dafne y habló con una voz firme pero llena de cariño.

-Dafne, sé que es difícil. Pero tu abuela y yo estamos aquí para ti. No estás sola. Sal de ahí y hablemos. No tienes que enfrentarte a esto sola-

Hubo un largo silencio antes de que se escuchara un ligero movimiento en la habitación. La puerta se abrió lentamente, revelando a una Dafne desaliñada y con los ojos enrojecidos. Poro y Madame Galie la miraron con ternura y preocupación.

-Lo siento... - Murmuró Dafne, con la voz quebrada-No sé qué hacer-

Al ver a Dafne, tanto Madame Galie como Poro supieron de inmediato que estaba bajo su ciclo de maldad. Este fenómeno, común entre los demonios del Inframundo, ocurría cuando eran sometidos a gran estrés y presión. Aunque para muchos demonios estos ciclos se manifestaban en fechas específicas, para otros surgían de manera impredecible. Durante este período, los demonios experimentaban un cambio drástico en su personalidad, volviéndose más sombríos y letárgicos.

Madame Galie notó las sombras bajo los ojos de Dafne y la languidez en su postura.

-Oh, querida, estás en tu ciclo de maldad, ¿verdad? - Dijo con suavidad, acercándose con cautela-

Queens of Kings {Marimashita Iruma-kun y tú} (Iruma-kun y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora