"El inframundo el lugar donde habitan los demonios y quién gobierna estás tierra es el Rey de los Demonios y su reina
Sin embargo, los tronos de dichos monarcas llevan un tiempo vacíos
¿Quien será el próximo rey y reina de los demonios?"
El sol de la mañana iluminaba los amplios jardines de la mansión Galie, donde Dafne, con su cabello suelto y ropa cómoda, se preparaba para un entrenamiento que se había vuelto su nueva rutina. Desde que había encontrado la espada en la melena de León, una extraña necesidad había comenzado a crecer en ella: debía aprender a usarla. Algo en lo profundo de su ser le susurraba que la espada era más que una reliquia; era una extensión de su propia voluntad.
Sebastián, el mayordomo de la familia y un combatiente experimentado, estaba junto a ella, con una expresión calmada pero atenta. Sujetaba una espada de práctica mientras le explicaba los conceptos básicos de la esgrima: cómo pararse, cómo balancear su peso y cómo empuñar la espada con firmeza pero sin tensión.
-Lo más importante, señorita Dafne, es que siempre mantenga el equilibrio- Dijo Sebastián mientras ajustaba ligeramente la postura de Dafne- Una buena postura es la base de cualquier combate. Y recuerde, la espada no es solo un arma; es una extensión de usted misma-
Dafne asintió, sintiendo el peso de la espada en sus manos. Era la primera vez que sostenía un arma con la intención de aprender a usarla, y aunque los movimientos eran nuevos y torpes, había algo que le resultaba extrañamente familiar, como si su cuerpo estuviera recordando algo que su mente no podía entender.
Sebastián le mostró un movimiento básico, una estocada sencilla, y la animó a repetirlo.
-Concéntrese. No se trata solo de fuerza, sino de precisión y control. Mire el objetivo y actúe-
Dafne se movió con cuidado, sus pasos lentos y calculados, pero con cada intento, su confianza aumentaba. La espada se sentía ligera en su mano, como si estuviera destinada a sostenerla. A medida que repetía los movimientos, su mente se inundaba con fragmentos de imágenes: la espada brillando bajo la luz de un sol antiguo, un campo de batalla nebuloso y, en el centro, una figura que se movía con gracia y fuerza… ¿Era ella? ¿O era alguien más?
Sebastián, observando su progreso, sonrió con orgullo.
-Está mejorando, señorita. Recuerde, la práctica constante es la clave. Usted tiene potencial, y la espada parece responderle de una manera que nunca había visto-
Dafne respiró hondo, sintiendo cómo su corazón se aceleraba con cada movimiento. Entrenar con la espada no era solo una habilidad que deseaba aprender; era una conexión a algo más profundo, un legado oculto que empezaba a entrever entre los destellos de cada golpe y cada giro.
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Queens of Kings {Marimashita Iruma-kun y tú} (Iruma-kun y tú)
FanfictionDafne Nakamura se consideraba una chica con MUY mala suerte, se sentía como Harry Potter antes de llegar a Hogwarts.