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"Cambiando"
Dafne observaba con asombro el gran festín de comida demoníaca exótica y desconocida que se extendía ante ella. En la mesa había platos de carne de dragón, frutas demoníacas brillantes y guisos perfumados con especias que no reconocía. Madame Galie, sentada a su lado con una sonrisa maternal, le dijo:
-¡Come bien, querida! Estás muy delgada-
El mayordomo, un demonio con un aire digno y un atuendo impecable, se acercó con una bandeja de té humeante y lo sirvió con elegancia.
-El es Claude el demonio seguridad de la mansión Galie- Explicó Madame Galie con orgullo-
-Dafne, ¿verdad? Es un placer conocerte -Dijo Claude con una inclinación cortés- Es un placer conocerla-
Dafne, aún aturdida por la rapidez con la que su vida había dado un giro inesperado, asintió con timidez y respondió:
-Sí, soy Dafne. Encantada de conocerlos a ambos-
Observó las delicias culinarias frente a ella, con el estómago retorciéndose de hambre. Aunque al principio había dudado en probar la comida demoníaca, la tentación de los aromas y la promesa de saciar su apetito la llevaron a ceder. Con cautela, tomó un bocado de carne de dragón.
Para su sorpresa, el sabor era celestial. La carne era tierna y sabrosa, con un ligero toque especiado que despertó sus sentidos. Dafne casi se sintió avergonzada por lo rápido que devoró el primer plato, pero la sensación de saciedad y el placer de una buena comida después de tanto tiempo la llenaron de gratitud hacia Madame Galie y Claude.
-¡Oh, esto es increíblemente delicioso! -Exclamó Dafne, con los ojos brillando de satisfacción-
Madame Galie rió suavemente y asintió con satisfacción.
-Me alegra que te guste, querida. Aquí abajo, tenemos los mejores ingredientes para nuestras comidas-
Dafne, mientras continuaba explorando los sabores desconocidos pero deliciosos del inframundo, empezó a preguntarse si quizás había encontrado un lugar donde, finalmente, podría encontrar algo parecido a la felicidad y la aceptación que tanto había buscado en su vida anterior.
Madame Galie sonrió ampliamente mientras observaba a Dafne deleitarse con la comida demoníaca. Luego, con un aire de seriedad, comentó en voz baja:
-Los humanos son un producto de cinco estrellas en el inframundo, y eso es un problema-
Dafne dejó de comer abruptamente, su expresión se volvió nerviosa ante las palabras de Madame Galie. ¿Qué quería decir con eso? ¿Acaso estaba en peligro?
