¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"El inframundo el lugar donde habitan los demonios y quién gobierna estás tierra es el Rey de los Demonios y su reina
Sin embargo, los tronos de dichos monarcas llevan un tiempo vacíos
¿Quien será el próximo rey y reina de los demonios?"
Dafne observaba el festín frente a ella, una mesa interminable cubierta de platillos demoníacos que se retorcían y brillaban con colores imposibles. Había frutas que exhalaban una neblina luminosa, carnes que chisporroteaban con chispas eléctricas y panes que cambiaban de color como si respiraran. Todo se veía tan extraño y aterrador, como si la comida estuviera viva o como si cada plato estuviera esperando para morderla a ella.
La joven de 16 años no podía dejar de pensar en lo absurdo de su situación. Había sido vendida por sus padres a un demonio, y en lugar de sufrir una suerte trágica o convertirse en una esclava, Madame Galie, una demonio excéntrica y glamorosa, había rogado para que se convirtiera en su nieta. Ahora, sentada en una pomposa silla de terciopelo frente a esta extravagante comida, Dafne se sentía más perdida que nunca.
Madame Galie, que estaba sentada al otro extremo de la mesa con una elegancia natural y una sonrisa radiante, observaba a Dafne con genuino afecto y algo de impaciencia. Para ella, esta comida era una obra maestra, una celebración de bienvenida digna de su nueva nieta.
-Vamos, querida, come algo- La voz de Madame Galie era suave pero insistente, cargada de la misma calidez que podría tener una abuela humana preocupada por su nieta- Estás tan delgada… no puedo permitir que te quedes así. Aquí, pruébalo, todo está delicioso y hecho especialmente para ti-
Dafne tragó saliva, nerviosa. No quería ser grosera, pero no sabía ni por dónde empezar. Todo le resultaba abrumadoramente extraño. Se estiró lentamente hacia una fruta de color esmeralda, suave y brillante, pero se detuvo cuando notó que una fina capa de humo la rodeaba.
-Esto… ¿es seguro?- Preguntó, sin querer ofender, pero sin poder evitar la duda. No sabía si la comida demoníaca la envenenaría, la transformaría o algo peor-
Madame Galie rió suavemente, como si la pregunta le resultara entrañable.
-Por supuesto que es seguro, querida. Todo ha sido preparado para los paladares más delicados. No hay nada aquí que te haga daño, te lo prometo- Le ofreció un pequeño pastelito rosado con destellos dorados que parecía casi brillar con luz propia- Este es un pastel de Nube Celestial. Es suave, dulce y perfecto para una chica que ha pasado por tanto. Solo pruébalo, no te arrepentirás-
Dafne dudó un momento más, pero tomó el pastelito, sintiendo la mirada esperanzada de Madame Galie sobre ella. Dio un pequeño mordisco, y de inmediato, el sabor explotó en su boca. Era como morder una nube dulce y esponjosa, con notas de vainilla, frambuesa y algo que no podía identificar pero que la hizo sentir cálida por dentro. Sorprendida, Dafne comió un poco más, y por un instante, la tristeza y la confusión se desvanecieron.
