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"Pude haber sido yo"

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"Pude haber sido yo"

Con la noticia del próximo Deviculum, las invitaciones fueron enviadas y entregadas sin problemas. Una de estas invitaciones llegó a las manos de Ameri Azazel, la presidenta del consejo estudiantil de Babyls. Ameri miraba la elegante tarjeta con una mezcla de desdén y esperanza. Odiaba los bailes, la pomposidad y las formalidades que estos implicaban, pero la posibilidad de bailar con Iruma lo hacía todo más soportable, incluso deseable.

Desde que conoció a Iruma, Ameri había desarrollado fuertes sentimientos por él. Sus momentos juntos eran lo más cercano a un sueño hecho realidad, y la idea de tener otra oportunidad para estar cerca de él en un evento tan importante la llenaba de determinación. No podía permitirse que esta oportunidad se escapara.

Con la invitación en la mano, Ameri decidió actuar. Llamó a Iruma a una reunión especial del consejo estudiantil. Cuando Iruma llegó, la presidenta se esforzó por mantener la compostura, aunque su corazón latía rápidamente.

-Iruma- Comenzó Ameri, su voz firme pero con un toque de nerviosismo- Je recibido una invitación para el Deviculum. Sabes que no soy fanática de los bailes, pero...- Hizo una pausa, su rostro enrojeciendo ligeramente- Me gustaría que me acompañaras-

Iruma, todavía bajo la influencia de su ciclo de maldad, suspiró con pesadez. Aunque sabía que esto iba a ser difícil, no podía evitar la necesidad de ser sincero.

-Ameri, lo siento, pero no puedo asistir contigo al Deviculum - Dijo, su tono firme y decidido-

Ameri quedó en shock, su rostro palideciendo mientras intentaba procesar las palabras de Iruma.

-¿Qué? ¿Por qué? - Preguntó, su voz temblando ligeramente- ¿Qué pasa, Iruma?-

Iruma miró a Ameri con una mezcla de tristeza y determinación.

-No puedo contarte los detalles - Respondió- Pero no puedo asistir contigo-

Ameri no sabía qué decir. Sentía que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Iruma, siempre tan amable y considerado, ahora estaba distante y decidido. Sus sentimientos parecían haberse convertido en un torbellino de confusión.

Iruma tomó la mano de Ameri, su expresión suave pero sincera.

-Ameri- Dijo, mirándola directamente a los ojos- Tengo que ser honesto contigo. No puedo asistir contigo porque... porque a mí no me gustas. Al menos, ya no me gustas de la misma manera-

Ameri sintió como si le hubieran dado un golpe en el estómago. Las palabras de Iruma eran como cuchillos, cortando profundamente en su corazón. Intentó mantener la compostura, pero las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.

-Entiendo- Dijo, su voz apenas un susurro- Gracias por ser honesto conmigo, Iruma-

Iruma asintió, apretando suavemente la mano de Ameri antes de soltarla.

-Lo siento mucho- Dijo- No quería hacerte daño, pero no podía seguir adelante sin decirte la verdad-

Ameri asintió, luchando por mantener su dignidad.

-Aprecio tu sinceridad - Respondió, forzando una sonrisa- Espero que encuentres lo que buscas-

Con esas palabras, Ameri se dio la vuelta y salió del salón, sus pasos resonando en el pasillo vacío. Iruma la observó irse, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que había hecho lo correcto, pero eso no hacía que doliera menos.

Ameri pasó el resto del día encerrada en su despacho, sumida en una tormenta de emociones. Cada minuto que pasaba se sentía más pesado que el anterior, y el silencio del despacho solo hacía que sus pensamientos resonaran más fuerte. Cuando finalmente llegó la hora de irse, salió del despacho con pasos lentos, su mente aún tratando de asimilar lo que había ocurrido.

Mientras caminaba por los pasillos de Babyls, sus ojos se encontraron con una escena que hizo que su corazón se apretara aún más. Ahí estaban Dafne e Iruma, juntos, caminando codo a codo. La forma en que se miraban era inconfundible, incluso a la distancia.

Ameri observó a Dafne, quien miraba a Iruma con una mezcla de admiración y cariño. Luego, sus ojos se dirigieron a Iruma, quien devolvía esa mirada con la misma intensidad. Era una mirada que Ameri había visto incontables veces en los mangas románticos que tanto le gustaban: la mirada de dos personas enamoradas.

El dolor en su pecho se intensificó, pero no pudo apartar la vista. A medida que Iruma y Dafne se alejaban, Ameri supo con certeza que había algo especial entre ellos, algo que no podía negar ni cambiar. Su corazón se rompía al verlos juntos, pero al mismo tiempo, no podía evitar sentir una chispa de esperanza de que al menos Iruma había encontrado a alguien que lo hacía feliz.

Con un suspiro profundo, Ameri se apoyó contra una pared del pasillo, tratando de recomponerse. La realidad de sus sentimientos la golpeó con fuerza, y comprendió que debía aceptar lo inevitable. Iruma e ella no estaban destinados a estar juntos, pero eso no significaba que no pudiera encontrar su propia felicidad en otro lugar.

Ameri se enderezó y, con una resolución renovada, continuó su camino. Decidida a ser fuerte, encontró consuelo en la idea de que, aunque había perdido algo importante para ella, todavía tenía la capacidad de crecer y encontrar su propio camino, incluso si ese camino no incluía a Iruma.

 Decidida a ser fuerte, encontró consuelo en la idea de que, aunque había perdido algo importante para ella, todavía tenía la capacidad de crecer y encontrar su propio camino, incluso si ese camino no incluía a Iruma

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Queens of Kings {Marimashita Iruma-kun y tú} (Iruma-kun y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora