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"El inframundo el lugar donde habitan los demonios y quién gobierna estás tierra es el Rey de los Demonios y su reina
Sin embargo, los tronos de dichos monarcas llevan un tiempo vacíos
¿Quien será el próximo rey y reina de los demonios?"
Los rayos del amanecer apenas se filtraban por las cortinas cuando Madame Galie irrumpió en su habitación, más emocionada que la propia Dafne.
-¡Arriba, mi preciosa nieta! Hoy es tu gran día- Exclamó Madame Galie, sacudiendo suavemente a Dafne para despertarla-
Dafne, todavía somnolienta, se incorporó y se frotó los ojos mientras su abuela desplegaba con entusiasmo su nuevo uniforme. El uniforme, hecho especialmente para ella, era una versión personalizada del diseño original. En lugar de su simple diseño, el uniforme de Dafne presentaba detalles en un vibrante y delicado color rosa que resaltaba su elegancia.
El uniforme consistía en una chaqueta de mangas largas y oscuras, ceñida en la cintura y con un ribeteado rosa que recorría todo el contorno de las mangas y el cuello alto. La camisa debajo de la chaqueta era de un tono rosa intenso, con un gran lazo en el pecho que aportaba un toque refinado. La falda, de un tejido fluido, tenía pliegues pronunciados y detalles en rosa en el borde, dándole un aire elegante pero a la vez enérgico y juvenil.
-¡Te ves hermosa!- Dijo Madame Galie mientras daba vueltas a su alrededor, observando cada detalle del uniforme que había mandado confeccionar-
Dafne fue rápidamente arrastrada a prepararse; se encontró en el baño, lavándose el rostro y arreglándose, mientras Madame Galie no dejaba de sonreír, aplicándole un maquillaje suave y natural, resaltando sus facciones delicadas. Por otro lado, Sebastián, con sus hábiles manos, se ocupaba de peinarle el cabello con un estilo sofisticado pero práctico para la escuela, dejando algunos mechones sueltos que enmarcaban su rostro.
Todo el proceso fue más rápido de lo que Dafne hubiera deseado, pues apenas había podido despertar cuando ya estaba completamente lista, con el uniforme bien ajustado, su cabello impecable y su rostro radiante gracias a los cuidados de Madame Galie y Sebastián.
-¡Perfecta!- Exclamó Madame Galie orgullosa- ¡Vas a ser la más hermosa de toda la academia!-
Dafne, mirándose al espejo, apenas pudo contener una sonrisa nerviosa. Aunque aún sentía las mariposas en el estómago por el primer día, la dedicación y entusiasmo de su abuela lograron calmar un poco sus nervios. Con el corazón latiendo con fuerza, Dafne estaba lista para enfrentar su primer día en Babyls, con la certeza de que, pase lo que pase, siempre tendría el apoyo incondicional de su familia demoníaca.
Madame Galie observó a Dafne con una mezcla de orgullo y ternura mientras ajustaba cuidadosamente el pin dorado con el número 7 en el uniforme de su nieta. El rango que Dafne había conseguido era un logro impresionante para alguien tan joven y recién llegada a la academia. Con delicadeza, Galie tomó las manos de Dafne entre las suyas, transmitiéndole calidez y apoyo.
