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"El inframundo el lugar donde habitan los demonios y quién gobierna estás tierra es el Rey de los Demonios y su reina
Sin embargo, los tronos de dichos monarcas llevan un tiempo vacíos
¿Quien será el próximo rey y reina de los demonios?"
Mientras Dafne disfrutaba de su desayuno, Sebastián, el mayordomo de la familia, dejó entrar a los susodichos invitados. La puerta se abrió y entró Lord Sullivan, un miembro de las Trece Coronas y ex-consejero del rey demonio. Aunque su apariencia era casi humana, con la excepción de unos cuernos marrones que adornaban su cabeza, la verdadera sorpresa para Dafne fue el joven que lo acompañaba.
El joven tenía el cabello y los ojos azules, y su apariencia no había cambiado en absoluto. Era Iruma Suzuki, el mismo amigo que Dafne había perdido en el barco de pesca. La conmoción mental fue tan intensa para Dafne que dejó caer su tenedor y quedó completamente paralizada, su mirada fija en Iruma, incapaz de procesar lo que veía.
Madame Galie, al notar la reacción de Dafne, se giró hacia Sullivan con una expresión de ligera irritación.
-Lord Sullivan, ha pasado casi dos meses desde que te encargué los trajes para el Devilculum- Dijo Madame Galie con un tono que reflejaba tanto frustración como preocupación-
Sullivan, con una sonrisa nerviosa, se inclinó y respondió.
-Mis disculpas, Madame Galie. He estado muy ocupado con la selección de nuevos miembros para las Trece Coronas y otras responsabilidades. Pero aquí están los trajes, como me pediste-
Madame Galie examinó los trajes y, al ver que estaban en perfecto estado, asintió con satisfacción. Luego, se dirigió a Sebastián.
-Sebastián, por favor, lleva estos trajes a mi despacho, los miraré después a fondo-
Con un gesto, Sebastián tomó los trajes y se retiró del comedor. Madame Galie luego centró su atención en Dafne, cuya sorpresa aún era palpable.
-Ahora, déjenme presentarles a mi querida nieta, Dafne- Dijo Madame Galie con orgullo, señalando a la joven- No es solo una belleza, sino una adición maravillosa a nuestra familia. Dafne, este es Lord Sullivan y su nieto, Iruma.
Iruma, reconociendo la conmoción en el rostro de Dafne, le ofreció una sonrisa amistosa. Dafne, todavía temblando, intentó encontrar las palabras.
-Iruma... ¿Eres tú?- Preguntó, su voz apenas un susurro-
Iruma miró a Dafne con evidente confusión, su rostro reflejaba una mezcla de incomodidad y curiosidad.
