Capítulo veinticinco
—¿Están todos aquí?
El baile empezaría dentro de pocas horas, los preparativos estaban casi listos, con cientos de sirvientes yendo de un lado para otro, asegurándose de que el palacio se encontrara presentable, tal y como lo quería el rey.
El príncipe había logrado reunir a los guardias del castillo para darles las indicaciones de esa noche. Indicaciones que había establecido con una pelinegra hace tan solo un rato.
—La mayoría, mi señor —un hombre, que parecía liderar aquél ejército, habló—. Algunos están cumpliendo con las órdenes del rey.
Taehyung frunció su ceño. ¿Cuáles órdenes?
—¿Haciendo? —cuestionó. El hombre miró a ambos lados antes de acercarse al rubio y contarle lo sucedido en voz baja.
Mierda. Fue lo que pensó al escucharlo. Carraspeó y miró de nuevo al guardia frente a él.
—Diles que se detengan, la persona a quien buscan no se encuentra aquí, lo mandé personalmente a otro lugar.
—Pero- señor, el rey...
—Me encargaré de hablar con él. Ahora lo que importa es mi fiesta de compromiso.
El guardia lo pensó un poco, después de dudarlo no le quedó de otra mas que asentir y hacer una reverencia, retrocediendo unos pasos hasta su lugar. Entonces el príncipe volvió a lo antes establecido.
—Muy bien, primero, necesito que cada uno de ustedes esté presente en el baile, sin excepción. Es un evento importante, así que ocupamos la mayor seguridad posible.
El rubio siguió explicando, dando la indicación de mantener la seguridad en el castillo. Lo hacía ver como si realmente se preocupara, pero la realidad era que todo era parte del plan de Dafne.
Los guardias se mantendrían en puntos específicos a lo largo del baile, puntos en los que no se darían cuenta de lo que ocurrirá esa noche. Los calabozos estarían despejados, al igual que la salida más cercana del castillo, cosa que le facilitaría a Dafne para llevar a cabo lo que tenía en mente.
Y mientras el rubio se ocupaba de los guardias, un ansioso chico se encontraba sentado en la cama de su habitación, con una bata cubriendo su cuerpo y sacudiendo su cabello húmedo con una toalla de algodón.
Estaba nervioso, desde que recibió el recado de su hermana no hizo mas que pensar en lo que podría suceder esa noche mientras regresaba al castillo y comenzaba a alistarse. Tenía que hacerse pasar por Dafne, fingir ser la prometida del príncipe y bailar con él... lo volvería a ver después de la discusión que ambos tuvieron el día anterior. Y eso era lo que lo mantenía con ansías.
Sacudió su cabeza saliendo de sus pensamientos y dejó la toalla a un lado, su cabello ya se encontraba seco. Pronto llegaría su hermana para ayudarlo con el vestido.
El vestido. Su vista se dirigió a este, el cual descansaba sobre un soporte de maniquí. Y era bastante hermoso. De ensueño.
La tela era de un color azul grisáceo con algunos detalles índigo y celestes. En la parte superior, los tirantes caían por debajo de los hombros y eran adornados por un hermoso arreglo floral de la misma paleta de colores. La falda era casi como un río, las telas azuladas caían tal cual el agua y el vestido se anchaba en las caderas con ayuda de un enagua. Algunos destellos de color plateado lo acompañaban, como si el vestido brillara por sí solo.
Jungkook se había quedado hipnotizado cuando lo vio por primera vez, sintiéndose tímido de pronto al tener que usar un vestido tan hermoso enfrente de tantas personas.
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Dear Princess | TaeKook
Fanfiction"Al observarla de pies a cabeza se percató de algo. Ella había cambiado. Su aspecto era igual, su voz similar y su mirada especial, sin embargo nada era como antes. Y quizás, se interrogó, ¿y si su princesa es en realidad un príncipe...?" ...