XXII

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Capítulo veintidós

Los rápidos pasos que recorrían el largo pasillo del castillo eran provenientes de Jungkook, quien caminaba de un lado para otro con cierta duda mientras que sus manos jugaban con la tela blanca de su vestido que usaba como pijama.

Creía que por la noche podría volver a ser un chico, pero Dafne se lo impidió, diciendo que debía aprender a hacerse pasar por una chica e incluso le indicó ponerse la peluca si alguien entraba a su habitación o si requería salir.

Y tal como le explicó su hermana, Jungkook obedeció, caminando hacia una habitación en especifico mientras se colocaba bien la peluca de cabello oscuro sobre su cabeza, peinando ésta misma con sus dedos al encontrarse parado frente a la puerta a la que tanto le había costado encontrar el valor para tocar.

Dos golpes hacia la madera refinada frente a él, y unos minutos después, apareció un hombre de cabellera rubia del otro lado, con sus ojos medio cerrados al haber estado dormido hace tan solo unos minutos y abriéndolos por completo de inmediato al ver de quién se trataba.

Jungkook tragó saliva, no pudiendo evitar bajar su vista hacia el torso del rubio, el cual se podía notar al estar al descubierto, sin ninguna prenda encima. Sus pectorales se marcaban perfectamente sobre su pecho y su abdomen se mostraba bien ejercitado, tan masculino en él.

—¿Kookie? —cuestionó el mayor, notando cómo la mirada del contrario se perdía en su abdomen.

—Uhm... —volvió a tragar saliva, subiendo con lentitud su vista hacia los ojos del príncipe y dándose un golpe en su mente evitando distraerse, recordando por qué estaba ahí en primer lugar.

Se sentía inquieto, después de la cita con el hombre, Jungkook se mantuvo callado en casi todo el camino de regreso al castillo. Y es que, se sentía tan feliz por lo que había pasado ese día, que no sabía cómo demostrarlo, y tan solo pudo soltar sus gritos de emoción en su mente.

Sin embargo, luego de alistarse para dormir, comenzó a pensar en que quizá debió decirle a Taehyung que también lo ama, aunque para él esa era una palabra con bastante significado y que solo se debía de decir en un momento especial. Ese era un momento especial, y está seguro de que sus sentimientos hacia el hombre son tan fuertes como para llamarlos amor.

Pero no pudo decírselo, se quedó procesando aquellas palabras por tanto tiempo que solo pudo reaccionar cuando se encontraba en su cama listo para dormir. Por eso es que estaba allí, en la habitación del príncipe, dispuesto a confesarle lo mucho que lo ama.

Pero oh, mierda, no puede concentrarse.

—¿Amor? —escuchó de nuevo el chico, percatándose que su vista había bajado de nuevo hacia el pecho del mayor. Lo miró a la cara, dándose cuenta que Taehyung mantenía una sonrisa llena de diversión—. Se te está saliendo la baba, cariño.

Jungkook carraspeó, tosiendo falsamente mientras apartaba la mirada a otra dirección.

—Q-quiero hablar contigo... —le dijo por fin, con un poco de nervios.

—¿Sí? Bueno, pasa —se movió hacia un lado, invitando al menor a entrar a la habitación, quien le hizo caso y entró con pasos rápidos. Taehyung cerró la puerta con seguro después de eso, girándose para acercarse al chico—. Por cierto, ¿por qué estás usando la peluca ahora?

Dear Princess | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora