I

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Capitulo 1.

1891. Paris, Francia.

—¡Se escapa! —un hombre armado grita con desesperación en medio de una pequeña persecución.

—¡Ya déjenme en paz, maldita sea! —el chico, al que aquellos hombres perseguían, grita con cansancio de tanto correr.

—¡No hasta que se entregue! —respondió un hombre justo enfrente del chico, otro guardia que había aparecido de la nada impidiendo su huida.

—Mierda —el "fugitivo" suspiró, frustrado— ¿Qué es lo que quieren de mí? Ya les dije que no hice nada.

—Usted le hizo algo al príncipe —el hombre que acaba de aparecer habla.

—Sí, hace tres años —agregó el guardia que lo perseguía—. Ahora tiene que pagar las consecuencias.

—¡Están locos! ¡Ni siquiera he visto al príncipe en persona! Están diciendo tonterías.

—Sí, sí, no se haga el que no sabe. Usted conoce mejor que nadie a mi señor y ahora irá a verlo —con brusquedad, el guardia lo tomó del brazo, al igual que su compañero.

—¡Les he dicho ya que no lo conozco! ¡Suéltenme, malditos! ¡Esto es injusticia, abuso, están violando mis derechos como ciudadano de este país! —gritó forcejeando y llamando la atención de las personas.

—¡Se calla o lo callo! —el hombre lo miró con cierto enojo y de manera un tanto intimidante. El chico sólo pudo encogerse de hombros y maldecir en sus adentros, mientras era arrastrado por los guardias.

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—Necesito un motivo, razón y circunstancia para estar aquí. Y no me salgan con esa mierda de "le hice algo al príncipe hace tres años" —dijo con voz chillona—, porque no es cierto —cruzó sus brazos.

—¿De qué hablas? —la cocinera decide hablar. Habían llevado al joven al palacio, sólo para encerrarlo junto con ella y ver cómo cocina platillos que nunca en su vida podrá probar. Maldita pobreza.

—Sólo quiero saber por qué estoy aquí.

—Porque el príncipe exigió buscarte, hace dos años de eso y hasta ahora apareciste.

—¿Dos años? —preguntó incrédulo—, Dios, debe estar desesperado por encontrar a esa persona que hasta lo confundió conmigo —miró a la mujer—. Reitero, yo no soy a quien buscan.

—Tú... ¿no recuerdas nada? De hace dos años...

—Hace dos años no hacía más que robar a personas ingenuas en la calle e insultar a mis mayores en secreto.

La chica lo miró arqueando una ceja, no se esperaba eso del chico pero, ¿qué podía hacer? No todo es fácil para algunas personas.

—¿Qué pasó hace dos años? —preguntó apartando la mirada.

—Nadie lo sabe, sólo el príncipe y tú.

—Y dale con lo mismo —posó sus ojos en blanco, harto de que las palabras no cambien.

—Tú eres el terco, estoy más que segura de que eres la persona a quien busca mi señor.

Dear Princess | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora