Dear Princess | TaeKook

VIII

Capítulo ocho.

—¡Hey! ¿Qué es lo que le haces?—el chico rubio de baja estatura apareció de la nada en la habitación, mostrándose molesto mientras apuntaba a Taehyung con su dedo índice, acercándose a ellos.

Taehyung y Jungkook se quedaron estáticos en su lugar, confundidos por su presencia y mirándolo acercarse.

—Le estás lastimando su carita —Jimin alejó las manos del rubio de las mejillas del chico.

—¡No lo hago! —Kim reclamó—. Además, ¿a ti qué te importa?

—Me importa mucho, incluso los vine a buscar porque temía que abusaras de Jungkook.

—¿Abusar? ¡¿Yo?! —el príncipe soltó una risa sin gracia—. Creo que me estás confundiendo contigo mismo.

—¡Serás...!

—¡Ah, cierren la boca, los dos! —Jeon intervino en la infantil pelea de los hombres—. Jimin, ¿qué te trae por...? —Hizo una pausa cuando una idea se le vino a la mente—. No me digas... ¿Los guardias te hablaron? ¡Dios! Taehyung, te dije que no debíamos irnos sin ellos.

—No, Jungkook, tranquilo. Vine para despedirme, Seokjin me dijo dónde estaban.

—¿Eh? ¿Despedirte? —Jungkook frunció su ceño.

—Eso mismo. Por cierto, te ves muy lindo con pantalón —halagó Park, el chico sonrió tímido.

—Je, gracias —Taehyung notó el leve sonrojo en el menor y los miró mal. Jeon negó, regresando al tema anterior—. ¿Por qué la despedida?

—Uhm... Surgieron algunos problemas, verás, mi padre empeoró y mi hermana me odia, tengo que regresar a Inglaterra antes de que el reino me odie también.

—¿Roseline te odia? ¿Por qué lo haría? Hasta hace unos días hablaba tan bien de ti —el príncipe interrogó, sin entender de lo que hablaba el contrario.

Jimin se limitó a bajar la mirada, no sabiendo qué decir. Después, el carraspeo de un hombre se escuchó desde la puerta, entonces todos voltearon a verlo.

—Creo ser yo la razón por la que lo odia.

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—¡¿Son estúpidos?! —la completa furia del rey asustó a los guardias— ¿Cómo carajos lo perdieron? ¡Sólo tenían que vigilarlo, imbéciles!

—¡Lo sentimos, su alteza! —el hombre reprendido se dejó caer al piso, posando sus manos en sus rodillas para rogar piedad—. Sólo fue un minuto de descuido, lo lamento, de verdad no fue intencional...

—¡Lo que sea! Si no lo traen al castillo para esta noche, están muertos —concluyó entrando a su habitación, siendo seguido por el acompañante que siempre tenía a su lado.

—¿Quieres calmarte, Seokjin? Taehyung ya tiene veintidós años, puede cuidarse solo —el hombre comentó, tratando de hacer entrar en razón al contrario.

—Por supuesto, y mis padres con más de 30 años murieron allá afuera, ¿realmente crees que estará bien? —gruñó sentándose en el sofá enfrente de su cama, acariciando el puente de su nariz con sus dedos en señal de frustración.

El otro hombre, su sirviente personal, suspiró y caminó hasta la mesa de centro donde yacía un juego de cubiertos. Tomó la jarra llena de agua y la vacío en una taza para su superior.

—De igual forma, no está solo —le extendió el agua a Kim, éste la tomó de mala gana—. Creo que lo acompañaba la chica... ¿chico?

—¿"Chica chico"? ¿Qué rayos es eso? —cuestionó haciendo una mueca mientras tomaba de la taza.