Dear Princess | TaeKook

XXVI

Capítulo veintiséis

Nunca había estado tan cerca de la muerte y tampoco creyó que esta resultaría tan aterradora.

El pánico la abordó al ser amenazada con un objeto de metal, el cual se posaba temblorosamente sobre su cuello, apenas rozándolo y provocando un rasguño en su piel.

Sabía que debía defenderse o mínimo gritar por ayuda, pero estaba paralizada, presa del miedo.

Jamás había vivido algo así, sentía su cuerpo entero temblar y las gotas acumuladas en sus ojos caer una por una por sus mejillas.

Dafne pensó que ese era su fin.

Lentamente alzó su vista hacia los ojos contrarios, notando en la mirada del hombre un sin fin de emociones. Parecía que él también tenía miedo, parecía inseguro y aterrado, pero por sobre todo decepcionado.

Y su miedo incrementó cuando escuchó un arma ajena apuntarle en la cabeza. Alguien más intervino en la situación.

—Suelta el cuchillo —ordenó el desconocido mientras apuntaba a Namjoon con una pistola, quien no dudó en dejar caer el arma blanca y retroceder unos pasos, alzando las manos—. De rodillas.

Namjoon cayó al suelo estando al borde del llanto, sin poder creer lo que había sucedido. Estaba completamente cegado por su amor al rey que no pensó con claridad, olvidó sus principios y valores y se dejó manipular.

Estaba decepcionado y repugnado de sí mismo. Pensó que merecía morir.

El hombre siguió apuntándolo, cerciorándose de que no se mueva mientras dirigía su vista a Dafne y la analizaba con la mirada. La chica estaba en estado de pánico, lágrimas caían por sus mejillas, todo su cuerpo temblaba, su respiración era irregular y miraba hacia todas direcciones.

—Tranquila, estás bien, estás a salvo —calmó el hombre con voz serena, alzando uno de sus brazos para acariciarle el cabello.

Dafne alzó su vista hacia el hombre y cuando lo identificó, no dudó en acercarse a abrazarlo mientras soltaba sollozos.

—¡Hoseok, Dios mío! —ella soltó aferrada al pecho del mayor, quien la abrazó de vuelta, acariciando su espalda.

—Todo está bien —prosiguió él y luego dirigió su vista al hombre de rodillas, sostuvo el arma con más fuerza sin dejar de acariciar a la chica—. Tú, ¿quién te mandó?

Namjoon elevó su mirada lentamente, parecía que todavía no procesaba lo ocurrido. Su voz tembló al responder.

—N-nadie... yo... —se detuvo un momento y luego se derrumbó, incrementó su llanto y sus manos cayeron al piso—. ¡Por favor, mátame! No merezco vivir, soy un monstruo...

Hoseok lo miró en silencio por unos segundos, entrecerrando los ojos y pensando en qué hacer, lo cual no dudó mucho después de ver a la chica totalmente afligida entre sus brazos.

—Como desees —respondió él, quitándole el seguro a la pistola.

Al escuchar el sonido, Dafne se alarmó de inmediato y observó la escena. Actuó por instinto, alejando la pistola del contrario y negando con la cabeza.