Miraculous Ladybug x Lectora Akumatizada

Abandonados

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—¡T/N! ¡Me alegro de que hayas podido venir! —Alya sonrió. Parpadeaste confundida, con los ojos muy abiertos. Alya te estaba dando la bienvenida a la escuela. En pijama.

—S-sí...— Tragaste saliva. Ah, te acabas de dar cuenta de lo raro que iba a ser esto...

¿Dormir en la escuela? ¿En serio? ¿Por qué los profesores confiaron en todos ustedes?

—¡Vamos, vamos a dormir en las aulas! —Rose sonrió detrás de ella. Te encogiste de hombros. Llegaste un poco tarde y ya estaban todos aquí.

—Está bien —suspiraste. La gente ya estaba en pijama. Era una noche cálida, así que la gente estaba en la zona central, que no tenía techo. Había algunos profesores alrededor.

—Oh, T/N. Puedes ir a los vestuarios y cambiarte de ropa, si quieres. —Adrien sonrió. Estaba hablando con Nino y Marinette (Marinette no estaba hablando realmente, sino que lo miraba con los ojos muy abiertos y sonrojada...). Fue el primero en notar que Alya te guiaba hacia el grupo.

—Eh, sí, claro. —Te encogiste de hombros. ¡Todos tenían pijamas de verdad! Diablos, Rose y Juleka incluso tenían pijamas iguales... Tú, sin embargo, te pusiste una camiseta vieja y fina y unos pantalones de chándal. Deberías haberlo pensado bien... Bueno, a nadie le importaría. Te cambiaste bastante rápido y luego volviste a salir. Ah, se sentía raro estar en la escuela en pijama...

Saliste de nuevo. Como siempre, nadie te prestó demasiada atención... Decidiste usar tu teléfono. Lamentablemente, no había Internet y gastaste todos tus datos, así que te limitaste a jugar a un juego ocioso. Te sentaste en las escaleras, ignorando las conversaciones de todos. Simplemente seguiste jugando.

Pronto, todas las chicas empezaron a caminar hacia ti. Ni siquiera te miraron y subieron las escaleras. Las miraste y les preguntaste: —¿A dónde van?—

Todos se quedaron paralizados y rápidamente te miraron, sorprendidos. Mantuviste la sonrisa en tu rostro, pero sabías que ni siquiera te veían. ¿De verdad tenías tan poca presencia...? 

Alya tosió.

—¡Ahh, T/N! ¿Quieres venir a jugar a verdad o reto con nosotras? ¡Sólo chicas! —Alya sonrió alegremente. Te encogiste de hombros.

—Claro, ¿por qué no? —dijiste, con una pequeña sonrisa en tu rostro. Todos sonrieron felices y subieron las escaleras, tú hiciste lo mismo. Entraste en tu salón de clases y te sentaste en los escritorios y sillas. Tu maestra sustituta estaba en su escritorio, con las piernas sobre la mesa. Estaba jugando con su teléfono. Levantó la mirada, resopló y volvió a hacer lo que fuera en su teléfono. Eso probablemente significaba que no le importaba. Todos se sentaron en el salón de clases, en los escritorios y sillas, algunas personas de pie, ya que querían estar cerca para el juego.

—Uh, no tenemos forma de elegir al azar... —señaló Juleka. Todos dudaron. Ah, nadie pensó en eso...

—Bueno, ¡puedo usar mi teléfono! Tengo un selector aleatorio en algún lugar... —Alya sonrió, buscando en su teléfono. Todos esperaron, antes de que ella sonriera y levantara su teléfono en el aire, —¡Aquí!

Les mostró a todos una aplicación sencilla con un montón de cuadrados donde podían rellenar objetos o nombres al azar y un botón debajo que decía "¡Elija al azar!". Parecía conveniente.

—Déjame organizarlo todo para que podamos elegir a dos personas... —dijo, tocando algunas cosas y escribiendo algunos nombres antes de sonreír victoriosa. —Está bien, ¡hagamos nuestra fiesta de verdad o reto!