Cap4 "un futuro prometedor"

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Los días se deslizaban en una suave rutina para Ymir, Shinji y Mari. Después de semanas de adaptación, Ymir comenzaba a sentirse más cómoda en su nuevo hogar. La presencia constante de Shinji y la amabilidad de Mari habían llenado un vacío en su corazón que ni siquiera sabía que tenía.

Una tarde, Shinji regresó temprano del trabajo y encontró a Ymir en el jardín, observando las flores con una expresión pensativa.

- ¿Qué estás haciendo, Ymir? - preguntó Shinji, acercándose a ella con curiosidad.

Ella se volvió hacia él, una sonrisa suave curvando sus labios.

- Estaba pensando en cómo todo ha cambiado desde que llegué aquí. Gracias a ti y a Mari, siento que he encontrado un lugar al que pertenezco.

Shinji asintió, mirándola con calidez.

- Nos alegra tenerte aquí, Ymir. Has traído una nueva luz a nuestras vidas también.

Se sentaron juntos en un banco cerca de las flores, disfrutando del tranquilo atardecer. Ymir reflexionó sobre la tranquilidad que encontraba en estos momentos simples, junto a alguien que la entendía mejor que nadie antes.

- Shinji, ¿alguna vez has tenido pasiones o sueños que querías perseguir? - preguntó Ymir, rompiendo el silencio.

Shinji frunció el ceño, pensativo.

- Solía tener sueños, pero con el tiempo, perdí la claridad sobre lo que realmente quería hacer.

Ymir lo miró con curiosidad.

- ¿Y ahora? ¿Qué te apasiona ahora?

Shinji reflexionó por un momento antes de responder.

- Me apasiona ayudar a las personas. Ver cómo puedo marcar una diferencia en sus vidas me llena de satisfacción. Y también... me gustaría tener una familia algún día. Vivir en paz, lejos de todo lo que nos ha causado tanto dolor.

Ella asintió tímidamente, sintiendo el calor subir a sus mejillas.

- Yo también quiero eso, Shinji. Quiero aprender a sentirme segura y amada aquí contigo.

Con cada gesto compartido, desde la preparación de la cena hasta la forma en que se miraban con complicidad, su conexión se fortalecía. En esos momentos simples, encontraron una promesa de un futuro juntos, donde podrían sanar y crecer.

El futuro se extendía ante ellos, lleno de posibilidades y aventuras que esperaban ser exploradas. Y en ese momento, Ymir supo que había encontrado algo más valioso que cualquier tesoro: un hogar y un corazón que le pertenecían verdaderamente.

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