Capítulo 29 "Un viejo amigo"

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Un día soleado recibía a Ymir y Shinji mientras caminaban por las tranquilas calles de la ciudad. A medida que avanzaban, el ruido cotidiano del lugar se fue apagando y dejó paso al murmullo relajante de los árboles al mecerse por el viento. El estrés de los preparativos para la boda parecía más ligero, permitiendo a ambos disfrutar de la compañía mutua.

-Ha sido un alivio salir un rato -comentó Shinji, acariciando suavemente la mano de Ymir-. Creo que ambos necesitábamos este momento.

Ymir asintió, con una sonrisa suave en sus labios.

-Sí, esto es justo lo que necesitábamos -respondió, entrelazando sus dedos con los de Shinji y apoyando su cabeza en su hombro.

Mientras caminaban, Shinji reconoció a un grupo que se acercaba por la acera. Al principio, sus ojos captaron a Toji Suzuhara, seguido por su esposa, Hikari, y su pequeña hija, Tsubame. Con entusiasmo, Shinji les hizo una seña.

-¡Toji! -llamó Shinji con una sonrisa amplia-. ¡Qué coincidencia encontrarte aquí!

Toji levantó la vista y al reconocer a Shinji, sonrió ampliamente.

-¡Shinji! ¡Qué alegría verte! -exclamó Toji, extendiendo los brazos en señal de bienvenida-. ¿Cómo estás, amigo?

-Estoy bien -respondió Shinji, devolviéndole el abrazo-. Toji, te presento a Ymir, mi prometida.

Ymir le sonrió a Toji y extendió su mano para estrechar la suya.

-Es un placer conocerte, Toji -dijo Ymir, con una calidez sincera en su voz.

-El placer es mío, Ymir -respondió Toji con una sonrisa-. Shinji nos ha hablado mucho de ti.

Hikari se unió a la conversación con Tsubame en brazos, sonriendo amigablemente a la pareja.

-Hola, Shinji. Hola, Ymir. He oído tanto sobre ustedes -dijo Hikari, mientras acunaba a Tsubame-. Esta es nuestra hija, Tsubame.

Ymir se inclinó hacia Tsubame, admirando al pequeño bebé con curiosidad y ternura.

-Hola, Tsubame -murmuró Ymir, sonriéndole a la bebé que la miraba con ojos grandes e inquisitivos.

Shinji, Toji y Hikari continuaron conversando sobre los viejos tiempos, riendo y compartiendo historias. Mientras tanto, Ymir observaba a Tsubame, quien estaba tranquilamente en los brazos de Hikari, fascinada por el rostro nuevo y desconocido de Ymir. La pequeña agitaba sus manitas, intentando alcanzar el cabello rubio de Ymir, que brillaba bajo el sol.

-Parece que le gustas a Tsubame -comentó Hikari con una sonrisa-. ¿Te gustaría sostenerla?

-Claro, me encantaría -respondió Ymir, extendiendo sus brazos para tomar a la bebé.

Al sentir el calor y el peso ligero de Tsubame en sus brazos, Ymir experimentó una oleada de emociones. Recordó a sus propias hijas, aquellas que había perdido en su vida anterior. Pero junto con el dolor, también sintió un profundo amor y esperanza. Mientras mecía suavemente a Tsubame, sintió una conexión que trascendía el tiempo y el espacio.

Con Tsubame en sus brazos, Ymir se alejó un poco del grupo para sentarse en un banco cercano. Observaba cómo la bebé exploraba su entorno con curiosidad, estirando sus manitas hacia las hojas que se mecían suavemente sobre ellas.

-Eres una pequeña muy curiosa, ¿verdad? -susurró Ymir, acariciando suavemente la mejilla de Tsubame.

Mientras la bebé la miraba con ojos brillantes, Ymir sintió que algo dentro de ella se ablandaba y se transformaba. Pensó en sus propias hijas, en la vida que una vez tuvo y en lo que significaría tener una familia nuevamente. A pesar de las vidas perdidas, en ese momento, sentía que de alguna manera las llevaba consigo.

Shinji se acercó en silencio y se sentó junto a Ymir, observando la escena con una suave sonrisa.

-Parece que te llevas bien con Tsubame -comentó, tomando la mano de Ymir-. ¿Qué estás pensando?

-Pienso en... lo que podría ser -respondió Ymir con un suspiro, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y esperanza-. Es extraño, pero sostener a Tsubame me hace sentir algo que pensé que había perdido.

Shinji apretó suavemente la mano de Ymir.

-Entiendo lo que sientes. Esas emociones siempre serán parte de ti, pero también tienes un futuro por delante -dijo Shinji con firmeza-. Y yo estaré contigo en cada paso del camino.

Ymir le sonrió, agradecida por su apoyo.

-Gracias, Shinji. Estoy feliz de tenerte conmigo -dijo Ymir, inclinándose para darle un beso en la mejilla.

Después de un rato, Ymir y Shinji regresaron junto a Toji y Hikari. La pareja sonrió al ver la expresión relajada y contenta en el rostro de Ymir.

-Parece que Tsubame tiene una nueva amiga -comentó Toji, riendo-. ¿Qué tal si todos vamos a tomar algo juntos? Hay una cafetería cercana que tiene un buen ambiente.

-¡Suena genial! -respondió Shinji, asintiendo-. ¿Qué te parece, Ymir?

-Me parece una idea estupenda -dijo Ymir, sonriendo a Toji y Hikari-. Será agradable pasar más tiempo juntos

En la cafetería, el grupo se sentó alrededor de una mesa, compartiendo historias y riendo juntos. Mientras Toji y Shinji hablaban de sus experiencias en la escuela y de cómo habían cambiado sus vidas, Hikari y Ymir se enfrascaron en una conversación sobre la maternidad y las esperanzas para el futuro.

-Ymir, debes estar emocionada por lo que viene -dijo Hikari, mirando a Ymir con comprensión-. Ser madre es una experiencia increíble, aunque también puede ser abrumadora a veces.

Ymir sonrió, asintiendo mientras mantenía sus pensamientos sobre sus hijas pasadas en secreto.

-Sí, lo estoy -respondió Ymir, tratando de mantener la serenidad-. Es una mezcla de emociones. A veces es abrumador, pero siento que esta nueva vida es una oportunidad para empezar de nuevo.

Hikari tomó la mano de Ymir con empatía.

-Y lo harás genial, estoy segura. Tienes un gran corazón, y eso es lo que más importa -dijo Hikari con una sonrisa alentadora.

A medida que el sol comenzaba a ponerse, el grupo decidió terminar el día con un paseo tranquilo por el parque cercano. Ymir, con Tsubame en brazos, caminaba junto a Shinji, Toji y Hikari, disfrutando del ambiente relajado y la compañía de sus amigos.

Mientras caminaban, Ymir sintió una paz interior que no había experimentado en mucho tiempo. Con Shinji a su lado y la promesa de un futuro brillante, se sintió preparada para enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara.

Al final del día, mientras se despedían de Toji, Hikari y Tsubame, Ymir se sintió más conectada con su propia humanidad y con el amor que la rodeaba.

-Gracias por este maravilloso día -dijo Ymir, inclinándose hacia Hikari y Toji-. Ha sido un placer conocerlos.

-El placer es nuestro, Ymir -respondió Hikari, sonriendo-. Espero que podamos hacer esto de nuevo pronto.

-Definitivamente -dijo Toji, asintiendo-. Siempre son bienvenidos.

Mientras Shinji e Ymir se alejaban, tomados de la mano, sabían que este día había sido más que un simple paseo por la ciudad. Había sido un recordatorio de las conexiones que los unían, de las esperanzas compartidas y del amor que los sostenía en los momentos difíciles. Y en ese amor, encontraron la fuerza para seguir adelante, juntos.

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