Cap11 "vista al mar"

31 19 1
                                    


En un día soleado, Shinji decidió que era el momento idóneo para llevar a Ymir y a Mari a la costa. Se dio cuenta de que Ymir nunca había contemplado el mar y deseaba que experimentara la belleza y la serenidad del océano.

—Propongo que nos dirijamos a la playa —sugirió Shinji una mañana, con una sonrisa.

Mari asentía emocionada, siempre dispuesta a una nueva aventura. Ymir, aunque mostraba curiosidad, parecía algo inquieta.

—¿Qué es la playa? —inquirió Ymir, con una mirada intrigada.

—Es el punto de encuentro entre la tierra y el mar. Allí encontrarás arena, olas y una sensación de libertad que no hallarás en ningún otro lugar —explicaba Shinji, con entusiasmo.

Tras empacar elementos esenciales como toallas, protector solar y un almuerzo ligero, se dirigieron hacia la costa. El trayecto en coche transcurrió en calma, con Mari compartiendo anécdotas divertidas y Ymir observando el paisaje con asombro.

Al llegar, Ymir quedó maravillada por la vasta extensión de agua azul que se extendía ante sus ojos.

—Es... impresionante —musitó, sin apartar la vista del horizonte.

—Vamos, exploremos —instó Mari, tomando la mano de Ymir y llevándola hacia la orilla.

Shinji se unió a ellas, sonriendo al observar la alegría en el rostro de Ymir. Pasaron el día nadando en el mar, erigiendo castillos de arena y deleitándose con la brisa marina.

Más tarde, mientras reposaban en la arena, un anuncio captó la atención de Mari.

—¡Van a realizar un concurso de esculturas de arena! —exclamó, con entusiasmo. —¿Por qué no participamos?

Ymir mostró interés, aunque algo insegura.

—No tengo mucha experiencia en la creación de esculturas —admitió.

Shinji le sonrió, animándola.

—No te preocupes, lo fundamental es disfrutar. Intentémoslo juntos.

Con ese ánimo, se inscribieron en el concurso. Shinji y Ymir colaboraron, y la sorprendente destreza de Ymir para esculpir la arena destacó. Su habilidad y creatividad impresionaron a todos los presentes, incluido Shinji.

—Eres excepcional en esto, Ymir —elogiaba Shinji, admirando su labor.

Ymir sonreía, disfrutando del reconocimiento y del momento.

—Gracias, Shinji. Me alegra que te haya gustado.

Al final del día, su escultura de arena, una imponente figura de un humanoide de gran tamaño, obtuvo el primer lugar en el concurso. Ymir irradiaba felicidad, y Shinji se sentía orgulloso de ella.

Mientras el sol empezaba a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos rosados y anaranjados, los tres amigos se sentaban en la orilla, contemplando cómo las olas rompían suavemente en la playa.

—Gracias por brindarme esta oportunidad, Shinji —expresó Ymir, con sinceridad. —Este ha sido uno de los días más memorables de mi vida.

Shinji sonreía, experimentando una sensación cálida en su corazón.

—Me alegra que lo hayas disfrutado, Ymir. Deberíamos repetirlo más a menudo.

Mari, sentada a su lado, asentía con entusiasmo.

—Sí, definitivamente deberíamos hacerlo más frecuentemente.

A medida que la noche caía, emprendieron el regreso a casa, fatigados pero felices. La vivencia en la playa había fortalecido aún más sus lazos, creando recuerdos que atesorarían eternamente.

Un Nuevo Comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora