Capítulo 25 "Una posible revelación"

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El sol había comenzado a declinar, proyectando una luz dorada a través de las ventanas de la casa. Shinji había salido por motivos de trabajo, dejando a Mari e Ymir en la comodidad de su hogar. Mari, con una sonrisa traviesa, había preparado una merienda para compartir con Ymir, y las dos se acomodaron en la sala para charlar y disfrutar del momento.

—¡Finalmente, un poco de tranquilidad! —exclamó Mari, sirviendo té y galletas. Se sentó frente a Ymir con un brillo juguetón en los ojos—. Así que, cuéntame, ¿cómo va todo con Shinji? No me has dicho mucho sobre cómo se comporta en privado.

Ymir, aunque un poco tímida, sonrió. A veces le resultaba difícil hablar de sus sentimientos y experiencias íntimas, pero la cercanía de Mari la hacía sentir más cómoda.

—Shinji es... muy amable. Me hace sentir segura, y ha sido muy atento conmigo.

Mari, sabiendo que Ymir necesitaba soltarse un poco más, se inclinó hacia adelante con un aire conspirador.

—¡Oh, vamos! No me digas que no has notado cómo se pone con tus caprichos. ¡He oído rumores interesantes! Desde que estás con él, parece que ha aumentado su entusiasmo por cumplir todos tus deseos.

Ymir se sonrojó, sin saber cómo responder. La sinceridad de Mari la sorprendía, pero también apreciaba la apertura de la conversación.

—Sí, a veces es como si quisiera hacerme feliz en todo momento. Aunque no estoy segura de cómo manejar algunos de los... caprichos que tengo.

Mari rió suavemente, claramente divertida por la timidez de Ymir.

—He escuchado que, en esos momentos íntimos, Shinji es bastante... apasionado. No es raro que se oigan ruidos en la noche, ¿sabes? La última vez que estuviste sola con él, debo admitir que escuché algo bastante... vibrante. ¡La forma en que él te satisface es legendaria!

Ymir se sonrojó profundamente, sintiendo que sus mejillas ardían. No sabía cómo reaccionar ante tales comentarios, pero las palabras de Mari la hicieron sentir una mezcla de vergüenza y emoción.

—Sí, ha sido... especial —dijo Ymir, nerviosa—. A veces me pregunto si estoy pidiendo demasiado.

Mari se inclinó hacia adelante con una sonrisa pícara.

—¿Sabes? También me preguntaba si podrías prestarme a Shinji para sentir eso "especial" de el . Estoy segura de que él tiene una manera única de... hacer que las cosas se sientan intensas.

Ymir se tensó, sus cejas se fruncieron con celos y sorpresa.

—No, no puedes hacer eso —respondió con firmeza, aunque su tono también reflejaba algo de inseguridad—. Shinji es... especial para mí. No me gustaría que alguien más... experimentara lo que solo él puede darme.

Mari levantó las manos en señal de rendición, riendo.

—Solo bromeaba, Ymir. Pero entiendo cómo te sientes. No hay nada como esa conexión única que tienen.

Ymir, aunque aún algo incómoda, se sintió aliviada al ver la actitud amistosa de Mari. Decidió cambiar de tema para evitar más incomodidad.

—Gracias por entender, Mari. Me alegra que podamos hablar de esto, aunque a veces me siento un poco... insegura.

Mari se acomodó en la silla, su expresión cambiando a una más seria.

—Hablando de cosas que he notado, últimamente te he visto comer más de lo normal, y también te has sentido mal después de las comidas. ¿No te parece un poco raro?

Ymir frunció el ceño, no entendiendo del todo el punto.

—Sí, he estado comiendo más, y a veces me siento mal después de las comidas. Mi vientre también parece más... inflado. No sé si es normal.

Mari la observó con atención, sus pensamientos corriendo rápidamente. El posible embarazo de Ymir era algo que había estado considerando, pero no quería alarmarla sin estar segura.

—Bueno, esos síntomas... el aumento del apetito, el malestar después de comer y el vientre más grande podrían ser indicios de que podrías estar... esperando un bebé.

Ymir la miró con sorpresa, sin comprender del todo. No sabía mucho sobre pruebas de embarazo o cómo confirmarlo, pero la idea de que podría estar embarazada la sorprendía.

—¿De verdad? ¿Pero cómo sabría si realmente estoy embarazada? —preguntó Ymir, su voz temblorosa.

Mari se acomodó en la silla, tratando de encontrar las palabras correctas.

—Hay pruebas que pueden confirmar el embarazo, pero lo importante es que no te preocupes demasiado. Lo que más importa es que te cuides y que hables con Shinji cuando regrese. Estoy segura de que él estará tan emocionado como tú.

Ymir asintió, comenzando a asimilar la posibilidad de ser madre. Aunque estaba sorprendida y un poco asustada, también sentía una profunda felicidad al pensar en la vida que estaba construyendo junto a Shinji.

—Gracias, Mari —dijo Ymir, agradecida—. Por estar aquí y por ayudarme a entender esto.

Mari le dio un cálido abrazo, sintiendo que había dado el primer paso hacia una nueva etapa en la vida de su amiga.

—Siempre estaré aquí para ti, Ymir. Y no importa lo que pase, sé que Shinji estará a tu lado, amándote y apoyándote en cada paso del camino.

Con una sonrisa en el rostro, Ymir miró a Mari y se permitió soñar con un futuro lleno de amor, protección y una nueva vida que podía compartir con Shinji. Sabía que el camino por delante sería diferente, pero estaba lista para enfrentar cualquier desafío, sabiendo que lo haría en un lugar donde realmente le importaba.

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