02;reencuentro.

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salimos de la cafetería con Male y nos fuimos para el lugar del recital. Male estaba poniendo la dirección en el GPS mientras manejábamos. Íbamos escuchando a la Joaquí y el viaje se hizo más llevadero con su música sonando de fondo. Después de un rato, por fin llegamos al lugar. Mostramos nuestras entradas y entramos, pero la verdad es que yo no tenía ni idea de qué tipo de lugar teníamos.

Hasta que Male me lo reveló con entusiasmo:

-Vamos boluda, tenemos lugar enfrente del escenario -me dijo, y yo la seguí emocionada.

Estuvimos esperando un rato antes de que empezara el recital. Aproveché ese tiempo para sacar unas cuantas fotos y capturar la atmósfera del lugar. Las luces, la gente emocionada, todo era perfecto.

Y finalmente, llegó el momento que estábamos esperando. Los chicos de la banda salieron al escenario y comenzaron a tocar. Mi atención se centraba en cada uno de ellos, pero mis ojos se posaron en él.

Ese chico.

El mismo chico con el que me besé anoche. Con sus hermosos ojos marrones y rizos rubios. Guido.

Me quedé mirándolo como una boba, sin poder apartar la vista. No tenía idea de qué canción estaban tocando, pero eso no importaba en ese momento. Estaba hipnotizada por su presencia en el escenario. Era hermoso. Todas esas luces que lo enfocaban le daban un brillo especial.

En una parte del recital, él tomó el micrófono y comenzó a cantar algunos temas. La forma en que lo hacía era increíble. Cantaba con tanta pasión y talento que me dejaba sin palabras. Era un chabón que sabía cómo llegar al corazón de las personas con su música, la puta madre.

Y luego, en un momento, empezó a mirar al público. Y nuestras miradas se encontraron. Él me estaba mirando a mí. Sentí como si el tiempo se detuviera en ese instante. Me dedicó una sonrisa y siguió tocando la guitarra.

No pude evitar devolverle la sonrisa. En ese momento, entendí por qué Male había dejado que Guido durmiera en casa. Él era el chabón de la banda que a ella le encantaba. No podía creer que el chabón que tenía enfrente, en un escenario tocando mientras sus fans le revoleaban ropa interior, fuera el mismo chico con el que me había estado besando anoche en la bresh.

La realidad era surrealista. Mientras él estaba ahí, siendo adorado por sus fans, yo recordaba los momentos de anoche que compartimos. Era como si hubiéramos vivido dos realidades diferentes. Pero ahí estábamos, en ese momento, conectados a través de la música.

Me quedé ahi, mirándolo, completamente sorprendida. Y en ese momento supe que esta noche sería inolvidable. No importaba lo que pase después, siempre tendría en mi memoria ese instante mágico en el que nuestras miradas se encontraron y compartimos una sonrisa.
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El recital había terminado y los chicos ya habían salido del escenario. Era hora de salir y poco a poco comenzamos a hacerlo, hasta que un guardia de seguridad me detuvo.

-Disculpe señorita, la están esperando en el camarín 3 -dijo la seguridad. Miré a Male algo confundida y ella estaba igual que yo.

-¿Quién me está esperando? -pregunté.

-No puedo decirlo, vaya y compruébelo por su cuenta -respondió la seguridad.

Miré a Malena y le dije que se fuera a casa con el auto, que yo me tomaría un Uber. La seguridad me indicó dónde se encontraba el camarín y me dirigí hacia allá. Toqué la puerta y Guido me abrió.

La puta madre, qué chabón tan hermoso.

-Pasa -dijo Guido, a lo que obedecí-. ¿Todo bien? -me preguntó.

𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐫𝐨𝐜𝐤. || 𝐠𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐚𝐫𝐦𝐢𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora