Guido, por unas semanas, no tenía que ir a ninguna gira, así que aprovechamos el momento indicado para ir a bahia. ya que mi hermana mayor se iba a casar, para que él conociera a mi familia y para hacer oficial nuestra relación ante ellos. Estaba muy nerviosa; todo el viaje estuve inquieta y Guido me miró con una expresión comprensiva.
-Aprovechando que andas ovulando, ¿por qué no hacemos un bebé? -comentó él en tono de chiste, y yo lo miré sorprendida.
-¿Ahora? Ni en pedo, Guido -tape mi cara y me reí-. Hace un mes que somos novios, ¿y ya quieres una cría?
-Imagínate un mini Guido. Oww, qué tierno sería -lo miré y vi cómo se dibujaba una sonrisa en su rostro.
Finalmente, ya habíamos llegado a mi hogar en Bahia. Bajamos del auto y sentía los nervios recorrer todo mi cuerpo. Guido me miró y dijo:
-La última vez, en tu departamento, esa cena no salió muy bien, pero si te lo tomas con calma, todo va a estar bien. -Pasó su brazo por mis hombros en un gesto reconfortante.
Toqué la puerta y la abrió Nacho, mi hermano. Nos saludamos y entramos. Nos encontramos con mi mamá, que estaba cocinando, y vino a abrazarme.
-¡Nenaa, cómo estás! -correspondí al abrazo y vi cómo Guido y Nacho chocaban sus manos.
-¿Todo bien, campeón? -escuché que le decía Guido a Nacho.
-Así que viniste con tu amigo. Me hubieras avisado, le preparaba la habitación de invitados -dijo mi mamá, separándose y mirando mi pelo-. Te queda hermoso el pelo corto, hija.
-Hablando de Guido... somos novios -sonreí y mi mamá aplaudió con entusiasmo.
-Yo sabía que ustedes dos iban a terminar juntos -sonrió ella.
-Vamooss, Ahora vamos a poder jugar a la Play juntos -dijo Nacho mientras se iba con Guido. Quedamos solo mi mamá y yo.
-¿Y cómo te sentís en esta relación con él? -sonrió mi mamá. Faltaban que llegaran mi hermana Catalina y su futuro prometido, así como mi hermano Facundo.
-Es un alivio. Lo amo con todo mi corazón, me siento muy segura a su lado. Ahora estoy de vacaciones, pero si llego a estar en el trabajo... podría decir que me podría distraer -dije mientras miraba a Guido jugar con mi hermano.
-Me pone feliz que estés así con él. Aunque, ¿todo esto de la fama no te va a afectar al final?
-No, lo hablamos muy bien y nos queremos cuidar en público. Hace poco leí que hay gente que me insulta por estar junto a él y trabajando con él, así que prefiero ahorrarme todo eso -pase mi mano por mi pelo-. Ya era hora de decirles que él era mi novio. -Sonreí y fui con Guido. Me senté sobre su pierna y lo abracé.
Así era yo, una hincha pelota que necesitaba estar pegada a él 24/7. Apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos. Me sentía tan segura con él, era yo misma. Entonces escuché a mi hermano simulando que "vomitaba".
-Qué asco, tanto amor -dijo Nacho, y reí.
-Te quejas porque hace poco te dejó tu novia. Si no, no estarías diciendo esto -le respondí mirándolo, y le di un pico a Guido. Él me hizo una señal de que se iba a levantar, así que me hice a un lado y él me miró.
-¿Dónde está la habitación? Quiero dormir un ratito -dijo él con una sonrisa, y lo llevé a mi habitación. Ambos entramos y él cerró la puerta con llave. Me miró con una sonrisa pícara y se acercó.
-Vos estás rogando pija. ¿Te pensás que soy boludo? -dijo, y me sonrojé.
-¿Qué?
-Pegada a mí todo el tiempo. Dale, Lucía, eso no lo vi nunca. Si querés que te la ponga, decilo y fue -rió, y yo me sonrojé aún más.
-No pienso coger donde hay gente alrededor, Guido, no -me acerqué a él y lo abracé-. Estoy hincha bola porque me di cuenta de lo feliz que me haces.
De un tirón, me tiró a la cama y él se sentó. Me agarró y me puso encima de él.
-No puedo esperar más, amor -sonrió, y yo miré hacia otro lado.
-No, Guido, no tengo pastillas y estoy ovulando, ya te lo dije. -Le dejé un beso en los labios y lo miré.
Él me agarró de la nuca y me besó. Empecé a sacarme el short y ayudé a Guido a desabrochar su pantalón. Nunca me imaginé que iba a estar tan hormonal con un hombre. Ambos continuamos besándonos, y en un movimiento, Guido sacó su pija y corrió mi tanga. Con su miembro, empezó a frotarlo por mi clítoris. Yo me separé del beso, tratando de no jadear, y empecé a besar su cuello. Guido estuvo varios minutos haciendo lo mismo hasta que solo metió la punta. Mordí mi labio y lo miré.
Él me miró.
Me acerqué a su oído y le susurré:
-Métela toda, amor, por favor. -Le estaba haciendo ojitos, y él sacó su miembro, se acomodó la ropa y luego empezó a reírse.
Yo puse cara de confundida y también me acomodé la ropa.
-Seguí rogando, loquita. ¿Viste cómo se siente esperar? No soy tan fácil. Vas a tener que ingeniártela si querés que te la ponga -dijo mientras se levantaba de la cama y abría su bolso.
Suspiré y me quedé acostada en la cama.
-Eso que hiciste fue de maldito, de forro hijo de puta -dije mientras miraba el techo.
-Seguí rogando, linda. Me divierte verte así -rió él y se cambió la remera.
Él se acostó a mi lado y yo apoyé mi cabeza en su pecho. Él acariciaba mi pelo con toda la tranquilidad del mundo. Yo sonreí, hasta que un golpe suave en la puerta se escuchó.
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𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐫𝐨𝐜𝐤. || 𝐠𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐚𝐫𝐦𝐢𝐝𝐨
Hayran Kurgu"𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐚𝐫𝐝𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧 𝐜𝐢𝐠𝐚𝐫𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨." "𝐲 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐚 𝐬𝐢𝐧 𝐧𝐚𝐝𝐚.."