Derechos de autor: Los personajes de The coffin of Andy and Leyley, son de sus respectivos creadores.
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13: ¡Duro!
—. Espero que este veneno que les eche en el jugo los mate de una vez por todas... —. Hablo una vieja que tenía los ojos de color verde que estaba ya hasta los ovarios de sus dos hijos que son demasiados estresantes y raros en los que nadie puede aguantar con llamarlos incluso bastardos, cosa que al parecer no les importa a lo que esta situación bizarra hizo que tomase la decisión por parte de esa loca que llega al cuarto de su hija con esos dos vasos que sostiene en las manos con una sonrisa extraña en su rostro —. Muy bien, solo tengo que darles estos vasos y me librare de...
—. Ay, Andy...
—. ¿Huh?
—. Ay, ay, Andy...
—. N-no puede ser que ahora... —. Dijo para si misma en un susurro bajo a lo que sus mejillas se tornaban de un tono carmesí con lo que dejo con cuidado los vasos en el suelo con poner su cabeza en la puerta en lo que apoyo su oreja derecha en la misma —. Es-estos chicos...
—. Ma-más duro...
—. Pe-pero...
—. Quiero que me des más duro...
—. Mierda... —. Susurro muy bajo con lo que se tapa la boca en lo que dentro de su cabeza ya mostraba imágenes muy fuertes de sus dos hijos que apenas tienen trece y doce años respectivamente en lo que estaban haciendo el sin respeto como de cruzar la línea de hermanos en ser mas turbio o rico, dependiendo de la persona que este leyendo la fumada de esta obra, y en el cual, volviendo a escucharse unos gemidos dentro de la habitación de Ashley —. A-ah, mas duro, mas...
—. N-no puedo...
—. ¡¿Acaso no puedes darme duro?!
—. N-No quiero lastimarte...
—. ¡¿Eres hombre o no?!
—. S-sí, soy hombre...
—. M-mi hija es la que manda sobre su hermano... —. Negando con la cabeza aun dentro de sus pensamientos en lo que se pone más roja con abrir sus ojos en par —. ¡¿Que mierda estoy pensando?! —. Frunciendo el ceño con separarse de la puerta —. De-debo de detenerlos...
—. ¡Ay!
—. E-eh...
—. ¡Sigue!
—. Es-está bien... —. Escuchándose sonidos de golpes y aplausos —. ¡Oh si!
—. ¡Cochinos de mierda!
—. ¡¿Huh?!
—. ¡Los quería pillar, cerdos! —. Grito la madre de esos chicos que estaba con el rostro rojo y quien abrió la puerta con ser que esta se queda con los ojos en blanco con ver como sus dos hijos se encontraban sentados encima de la cama, vestidos y con algunas ligas elásticas encima de la misma a lo que hubo un silencio incomodo hasta que dicha mujer loca solo atino a sonreír de manera nerviosa — . Es-esto, ¿Qué hacen?
—...
—. Eh...
—. So-Solo es curiosidad...
—. Jugamos a las pistolas con ligas en lo que Andy no sabe darme duro...
—. N-no quiero lastimarte...
—. Nena...
—. Lo siento...
—. E-Eh, creo que iré a la cocina... —. Dijo la mujer de ojos verdes que se dio media vuelta a lo que bajo la mirada con sentir algo mojado debajo de sus pies con darse cuenta que los vasos se cayeron con ser que el jugo se desparrama a lo que se queda en silencio con irse en dejar confundidos a los dos chicos a lo que la joven Ashley se quedo sonriendo de manera leve con ver a su hermano —. Oye...
— Dime...
—. ¿Cogemos?
—. Agh, no...
—. Nena...
Fin del escrito.
Nos veremos en el siguiente: Largo
Nota final: Muchas gracias por llegar al final de este escrito con esperar su apoyo para la continuación de la Colección.
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Carnitas. [Andy x Ashley]
Fiksi PenggemarColección de relatos acerca del amor sano de nuestros hermanos Graves.