Capitulo 31

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Estaba más que molesta, primero Maria José no tenía derecho a hablarme así, sé que yo la había molestado demasiado pero nunca llegué a faltarle el respeto, esa había sido la paga por pasar mi tarde cuidando a sus hermanos, es que era una malagradecida.

Y en segunda, mi madre que sólo para que no la carcoma el remordimiento, una vez al año finge que le intereso y esta vez no pudo ser más inoportuna.

Sábado en la tarde, mi madre había intentado arreglar las cosas conmigo pero cada vez que trataba de hablar era interrumpida por su estúpido celular, así que una vez más me puse de pie y subí a mi habitación dejando las cosas aun peor, claro si es posible que nuestra relación madre-hija empeore.

Domingo en la Noche, estaba prácticamente tirada en mi cama, tal y como me la había pasado todo el fin de semana, no tenía ganas de nada era más el enojo que traía por dentro que las ganas de salir siquiera por un vaso con agua.

Extrañaba a Laura... ella era quien me hacía olvidar todos los problemas con mi "familia" y qué decir de Pau ella no sólo me ayudaba a distraerme, también me escuchaba y trataba de ayudarme con todo lo que pudiera pero ahora ella estaba con Abisambra... y Laura con Camila, lo que da como resultado: Daniela más sola que una escuela en domingo.

Calle: Mierda - hablé yo sola al despertarme y llevarme la para nada grata sorpresa de que a mi despertador no le habían dado ganas de despertarme. Ahora seguramente no llegaría a tiempo para la primera clase, agarré lo primero que vi, no tenía la mínima intención de arreglarme.

Ya en la universidad abrí mi casillero, saqué un par de libros de mí bolsa para intercambiarlos por otro par que estaban en las repisas ya me había perdido la primera clase así que no los necesitaría más.

- ¿Que tratas de demostrar? - una voz femenina me sorprendió, ya que según yo los pasillos estaban vacíos. La ignore olímpicamente y de un golpe cerré la puerta verde del casillero.

Poche:  ¿Es por lo que te dije ayer sobre tus estúpidos vestidos rosas?- preguntó burlonamente pero a mí no me causaba ni la más mínima gracia.

Calle: En primera...- suspire - No intento demostrar nada y mucho menos a ti - dije claramente.

Poche:  ¿Y ahora por qué tan ruda conmigo? - se acercó a mi intentando ponerme nerviosa, sin duda alguna no sabía con quién estaba tratando, en segundos podía cambiar la situación.

Calle: Eres una sínica Maria José - dije con repulsión me corrí hacía un lado alejándome de ella pero me sujeto por la cintura evitando mi escape.

Poche: Eso no....

Calle: ¿Eso no decía hace unos días?- la interrumpí completando su frase.

Poche: No - sonrió torcidamente

Calle: Tienes razón - Afirmé - La verdad me avergüenzo de mi misma por haberte seguido tanto - ¿lo ven? En segundos cambie la situación, ahora ella vendría corriendo a mis brazos.

Poche: Pues...

Calle: Ya Maria José - nuevamente la interrumpí - Lo menos que quiero hoy es discutir, di lo que quieras no me interesa ya. - dije con fastidio, era la pura verdad. - Sólo déjame en paz - usé las mismas palabras que ella había usado conmigo.

Me di la media vuelta pero antes de que pudiera dar un paso, me sujeto fuertemente del brazo "Se le estaba haciendo costumbre estirarme de esa manera" me apegó a su cuerpo y su mirada se clavó en la mía.

Poche:  ¿Quieres que yo te deje en paz? - rio pesadamente - ¿Cómo? ¿Así como tú me dejas en paz? -rodé mis ojos.

Calle: Sí MariaJosé, sí ..- arrastre mis palabras con un toque de ironía y sarcasmo, más que nada para tratar de terminar con esto.

Una mano se posó en mi mejilla y en cuestión de segundos sus labios chocaron con los míos.

Calle: ¡Que te sucede! - le reclamé empujándola, me miraba atónita, seguramente ella aseguraba que le respondería de una mejor manera.

Acomode mí bolsa en mi hombro para alejarme de ella lo más pronto posible, había decidido renunciar a la apuesta pero después de esto... merecía venganza, María José me las pagaría todas.

Con rápidos pasos salí del edificio, caminaba entre los jardines del campus hasta que me di cuenta de que ya me había alejado lo suficiente. Me detuve frente un enorme árbol, lancé mi bolsa en el césped para después dejarme caer a un lado de esta, doble mis rodillas apegando mis piernas a mi cuerpo, abbracé estás y oculte mí rostro entre mis brazos.

- Escucha...

Calle: ¡Maldición Maria José! - alargue molesta ¡Cómo me había encontrado! - ¡Ya! Tú me quieres lejos de ti y ahora yo también te quiero lejos de mí, todos felices ¿Recuerdas? "¿Por qué no nos haces felices a los tres?" - enuncie las palabras que me había dicho días atrás cuando pidió que siguiera a otro chico o chica del colegio.

Poche: ¡Escúchame! - dijo exaltada. Levanté mí mirada y la vi sentarse a un lado de mí recargándose en el enorme tronco del frondoso árbol. - Y-Yo lo siento.

Me, Myself And I (Cache) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora