¿Cómo habría sido su vida si el amor lo hubiera envuelto como un refugio, si alguien lo hubiera amado con la pureza de quien no pide nada a cambio? Desde el instante en que lo vi, supe que mi corazón ya le pertenecía. No hubo dudas, no hubo miedos...
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"Los celos arden como fuego silencioso, consumiendo en llamas lo que el amor intenta proteger"
Caminaba con los pies descalzos por la casa mientras sostenía mi nueva portátil, ahora estaban saliendo estos aparatos que facilitaban un poco el trabajo de personas como yo, que debían trabajar fuera de la empresa. Tenia que entregar algunas ediciones y transcribir algunos textos, pero había una distracción grande ese sábado por la tarde en Neverland.
.- Mack, eres un tramposo... aaahhhhh!.- corría mi esposo mientras uno de sus amigos mas íntimos lo visitaba aquel día.
Habían comenzado una guerra de petardos de goma, con pistolas de juguete, luego de una guerra de agua en la que fui victima 3 veces.
Habíamos almorzado y solo quedaba el resto de la tarde libre, la cual Michael y Mack decidieron convertirla en una guerra de proclamación de fronteras. Observaba todo en cámara lenta, Michael corriendo y riendo a tope, Mack y sus expresiones de venganza y gozo, mientras otros 3 niños mas se les unían, eran los sobrinos de Michael.
La casa no tenia un solo rincón de silencio, y aunque quisiera concentrarme, mi vista se iba directo a los movimientos graciosos de Michael, a la voz simulada de un general de 60 años de Mack, y a los 3 sobrinos de Michael repetir "Applehead" varias veces hasta que Michael les prestara atención. Mi vista le sigue los pasos a mi esposo, quien tropieza al intentar esquivar un disparo de uno de los niños y yo inevitablemente me rio mientras me encuentro en la barra de la cocina.
.- Michael tiene la energía de un niño de 5 años no crees?
Kai se encontraba detrás de la barra y yo solo sonrío mientras le confirmo lo dicho.
.- Necesito terminar este trabajo y Michael no ha dejado de desorientarme cada que puede Kai.
Kai me mira y entonces esboza una sonrisa traviesa y mis mejillas se ruborizan mientras me rio bajito entendiendo su intención.
.- Sabes que no me refería a eso.- digo entre risas.
Mientras ellos seguían en sus distracciones aproveché para pedirle un café a Kai y llevarlo conmigo a algún lugar que encontrara en silencio.
Salí al jardín de Nerverland y comencé a caminar, era una tarde fresca, estábamos adentrándonos mas al verano y el calor igual lograba hacer que con cualquier movimiento cada parte del cuerpo comenzara a transpirar. 15min después había caminado tanto que me adentre a los establos de algunos caballos que tenia Michael, el establo era algo rudimentario y bastante clásico, alguno de los cuidadores interrumpieron sus labores para saludarme pero yo solo les hice entender que siguieran en lo suyo.
Mas allá se encontraba el Zoológico, de lejos, pude divisar algunas de las chicas cuidadoras mientras una de ellas alimentaba a un pequeño chimpancé el cual pude divisar, era Bubbles, sonrió al recordar aquella tarde que Michael me lo presento y lo eufórica que estaba al presenciar por primera vez aquel animal del que muchos tenían envidia.
