El Arte De Amar. (Jenlisa)

.・。.・゜✭・Capítulo 17・✫・゜・。.

˚₊‧꒰ა JENNIE KIM ໒꒱ ‧₊˚

Estaba frente a la casa de Lisa, así como le pedí conocer más de ella, Lisa estaba abriendo las puertas de un mundo el cual yo desconocía por completo. Lisa se encontraba a mi lado, ella esperaba una reacción de mi parte, pero no la iba a ver.

Su casa era como todas las otras que yo ya había visto, sencilla, pero con un hermoso jardín delantero. Me quedé solo apreciando lo maravillosa que se veía desde fuera, por dentro estaba segura de que era mucho más hermosa.

Pero así como yo me sentía segura, quería que ella se sintiera igual de segura en mostrarme su espacio, porque esto era privado, una vez yo entrara ahí todo sería diferente. O puede que no.

—¿Estás segura de que quieres seguir con esto? —pregunté—. No quiero hacerte sentir presionada.

—Sí —asintió—. Tú me lo pediste, yo te lo mostraré.

Era algo que también se estaba diciendo a sí misma, podía notar a kilómetros como Lisa jamás compartió un espacio tan privado con nadie, siendo introvertida y ocupándose de sus propios asuntos, y de la nada llegué yo, quiero conocer su mundo y saber que tan lindo es ahí dentro.

Busqué su mano y sonreí sin separar mis labios, esperando que ella respondiera, y así lo hizó, tomó una bocanada de aire y me arrastró hasta allí, la puerta ya estaba abierta, así que solo me quedó entrar

Al entrar a la casa, me recibió una atmósfera acogedora y confortable. Las paredes estaban pintadas en tonos suaves que transmitían serenidad, complementadas con detalles de madera natural que añadían un toque de rusticidad elegante. La luz natural fluía a través de las ventanas amplias, iluminando delicadamente cada rincón y destacando los muebles de diseño simple pero elegante. Al caminar por el suelo de madera pulida, sentía la calidez que emanaba del ambiente, donde se combinaban armoniosamente los elementos tradicionales y modernos.

No era para nada lo que había pintado en mi cabeza, era una sensación de que todo estaba exactamente en el lugar que debía estar.

Su rico aroma a canela, un olor familiar, un olor que se impregnó en mí al instante de entrar. Todo bien organizado, todo exactamente en su lugar, lo cual solo me inspiraba la confianza de seguir entrando y averiguar que más se escondía en el espacio de Lisa.

De solo estar pisando su casa me sentía especial, sentía que era una parte de ella que no todo el mundo conocía. Sentirme así no estaba mal, quería seguir sintiendo que pertenecía a un espacio de su vida que no se percibía todos los días.

—Hija, que bueno que llegaste, estaba... —una señora salió de la cocina con algo en sus manos—, oh... tenemos visita.

—Mamá, ella es Jennie —me presentó Lisa—. Y Jennie, esta es mi madre, Kaira Manobal. Pero estoy segura de que no le gusta que la llamen señora, así que, llámala solo por su nombre.

Sonreí hacia la señora, —Es un gusto conocerla.

La madre de Lisa dejó todo a un lado y me dio la mano con entusiasmo. Siendo auténtica y sonriéndome con amabilidad, sin fingir su educación ni mucho menos viéndose hipócrita.

—El gusto es mío, Jennie. Es increíble conocer a la chica de la cual...

—¡Ya, mamá, mira, aquí está! —interrumpió Lisa—. Supongo que era momento.

Entrecerré la mirada, ansiosa por lo que la madre de Lisa quería decir, pero no me concentré solo en eso.

—Es agradable estar aquí —admití—. Me gusta.