El Arte De Amar. (Jenlisa)

⋆˚࿔ Capítulo 38 𝜗𝜚˚⋆

. ݁₊ ⊹LALISA MANOBAL . ݁˖ . ݁

Vi a Jennie irse, tuve unas inmensas ganas de detenerla y decirle que se quedara más tiempo, pero mi situación de ahora me lo impide. Seguía oyendo lo que hablan más no escuchaba. Solo era mi cuerpo formando parte de un círculo en el cual mi cerebro no quería estar.

Aburrida de las mismas palabras, me aparté un poco de ellos para pensar en mis propios asuntos y no fingir interés.

—¿Todo bien, Lisa? —preguntó Izel, acercándose.

—Sí, todo bien, iré a casa de mi padre —avisé.

—¿No quieres que te acompañe?

—No, Izel. Yo sé llegar sola y me sé cuidar sola, tú quédate aquí y has que terminen su trabajo, yo tengo cosas que hacer —palmee su hombro y pase por el lado de ella.

De alguna manera u otra tenía que entretener a mi cabeza para que no pensara en Jennie. Permanecer más tiempo en el mismo círculo que ella me estaba comiendo la cabeza. Al llegar a casa de mi padre, todos se encontraban en la mesa, y yo me hice un espacio ahí.

Me recibían todos, menos Mindy, en serio ella tenía un gran problema conmigo, o no sé si era con toda mi familia, pero definitivamente había algo.

—Me gusta estar aquí —dijo Makaria—. Se siente lindo.

—No puedo decir lo mismo —dijo Mindy con ese tono borde—. No es un gusto para mí estar sentada ni en esta mesa ni en esta casa.

Fruncí el ceño, —¿Por qué?

—No te importa —masculló.

—Mindy, basta ya —farfulló su madre.

—No, mamá, no estoy feliz, ni con este señor y tampoco con su hija —bramó—. Estoy furiosa porque todos actúan normal, yo no soy ustedes. A mí me duele saber todo lo que pasó.

Miré sin entender a mi padre.

—¿Qué es lo que está pasando? —intenté averiguar—. ¿Qué pasa, Mindy?

—Y no puedo creer que te hagas la idiota.

—¡Mindy! —exclamó Makaria poniéndose de pie.

—Por culpa de tu madre mi padre murió en aquel accidente, años después tengo que sentarme en la misma mesa que su hija fingiendo que no me duele el que me lo haya arrebatado —sus ojos se cristalizaron—. Cuando te veo a ti pienso que es esa asesina.

—Mi madre no es ninguna asesina —dije calmada—. Tal vez tú no conoces los hechos como sucedieron.

—Investigué. ¿Qué hace una mujer con medicamentos en su cuerpo conduciendo?

—Yo igual sufrí —dije—. Pero no por eso culpo a personas.

—Yo era más pequeña. Tu pudiste pasarlo mal, pero yo lo pasé peor, mi mamá tuvo que comenzar a sacrificarse más. Tu madre lo mató, y yo no quiero estar en esta familia —lanzó la servilleta sobre la mesa y salió de la casa.

—¡Mindy! —gritó Makaria—. Regresa aquí.

—Yo voy —intervine—. Déjenme a mí. Yo hablaré con ella, Makaria.

—No quiero que te falte al respeto.

—No lo hará, Makaria. Déjame a mí.

Cuando salí de la casa para buscar a Mindy, no tuve suerte para encontrarla a simple vista, pero sabía que no sería difícil hacerlo. Me subí al coche y lo puse en marcha, mirando por todas partes en las casi oscuras calles. Seguí buscando hasta encontrarla caminando alrededor del parque.