.・。.・゜✭・Capítulo 18・✫・゜・。.

8.5K 819 124
                                    

˚₊‧꒰ა LALISA MANOBAL ໒꒱ ‧₊˚

Las cosas más divertidas que habían iniciado mi día eran dos, la primera es que mi madre no paró de reírse de mí toda la mañana por el cómo actuaba con Jennie en frente y la segunda es que, la misma Jennie Kim, estaba subida en unas escaleras, ayudando para el gran día de la presentación. Yo solo me dedicaba a mirarla.

Me era bastante entretenido, además, yo no sabía hacer nada de eso, así que me encontraba sentada al lado de Rosé, quien solo estaba metida en su celular. Yo, Jisoo y otros más, nos dedicábamos a observar a varias personas ordenar la tarima.

Me deslumbraba lo emocionada que estaba, incluso estaba mucho más emocionada que estar encerrada en un salón con el profesor pidiendo explicaciones de la última tarea que dejó. Estaba sudada, su cabello a pesar de estar recogido con una goma para el pelo se le pegaban varios mechones en la cara, tenía rato ahí arriba.

Y el aire acondicionado no parecía ser lo suficietemente fuerte para evitar que ella sudara. Estaba obsesionada con mirarla, sus gestos me parecían tan atractivos, y ella lucía hermosa aquí.

Tenía su sudadera amarrada a la cintura y una franela blanca y jodidamente sexy. Seguro estaba idiotizada, porque ver a Jennie de esa manera nunca se vio tan poco realista.

–Sécate la baba —comentó Jisoo—. Es mi amiga y admito que es linda, pero se te nota a kilómetros que te gusta.

Pestañeé, regresando la mirada a Jennie, quien bajaba de las escaleras para volver a subir y colocar las siguientes decoraciones.

—Lisa, necesito tu ayuda —pidió desde arriba.

—Yo no sé hacer nada de eso —repliqué.

—Es solo para que me pases algo, no harás nada.

Me subí a la tarima y le pasé lo que me pidió, me quedé abajo, sosteniendo algunas cosas. Bostecé aburrida, queriendo solo irme a sentar y verla desde allí, me parecía mucho más interesante que estar aquí, sosteniendo cosas para ella.

—¡Lisa! —la voz conocida de Yeji me sorprendió—. Sabía que estabas aquí. El profesor me envió porque dijo que necesitaba a una chica para que actuara.

—Eso es nuevo —dije—. Y muy agradable, qué bueno, te sumas también.

—Así es, espero no sea molestia. Seguro actuaré contigo —supuso.

—No, de hecho la que actuara con ella soy yo —respondió Jennie desde arriba—. Así que, dudo que eso sea posible.

—Bueno, por lo menos estaremos en el mismo espacio —admitió con felicidad—. Y con otras personas. Bueno, iré a buscar mi guion.

Yeji avanzó, pero en un momento ciego, tropezó y movió las escaleras. Me vi entre la espada y la pared porque Yeji cayó al piso con fuerza, mientras que Jennie se tambaleó en las escaleras. No dudé ni un segundo en atrapar a Jennie, quien cayó sobre mí y mi cabeza por detrás chocó fuertemente contra la tarima, provocándome un dolor agudo.

Cerré mis ojos con fuerza, pero cuando sentí a Jennie a salvo todo en mí se calmó.

—Veo la luz —mascullé.

—No, no veas la luz —dijo Jennie, sosteniendo mi cabeza.

—Bueno, veo a un ángel —sonreí débil—. Y muchos pajaritos.

Y mis ojos se cerraron en contra de su voluntad y vi todo oscuro.

*****

Me removí incómoda, llevándome la mano a la cabeza, siendo lo primero que hice al momento de comenzar a abrir los ojos. El dolor había disminuido, pero aún sentí la molestia en la parte de atrás de mi cabeza. Fui abriendo los ojos lentamente.

El Arte De Amar. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora