.・。.・゜✭・Capítulo 8・✫・゜・。.

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˚₊‧꒰ა KIM JISOO ໒꒱ ‧₊˚

Desde la puerta vi a Rosé, quien estaba con la cabeza metida en su casillero... de manera litera. Ladee la cabeza y sonreí, mirando los audífonos en mis manos, era ahora o nunca. Me acerqué sigilosamente y me puse detrás de la puerta. Estaba ahí, hasta que Rosé silenciosamente cerró el casillero, de ahí sacó un cuaderno que tenía varios planetas en su portada.

Pero al verme, se espantó y dio un paso atrás, con los ojos muy abiertos. Alcé las cejas, llamando su atención. Si esta era la única forma, lo haría, pero de que lograría que ella me hable, me iba a hablar.

—Hola —levanté sus audífonos—. Mira, me quedé con esto y quería devolvértelo.

No dijo nada. Parecía muda o tal vez de la sorpresa le quité el habla. Puede que no haya sido la forma correcta y me acerqué de la manera que no debía, sabiendo como es Rosé y estudiándola, parece de otro planeta.

—Eh, ¿no lo quieres? —negó con la cabeza, dando otro paso atrás con sus mejillas encendidas—. Bueno, leí mucho acerca de los planetas —dije, aunque era una auténtica mentira, solo para llamar su atención—. Parece que te gustan.

Jugó con sus dedos y asintió, pero no hizo nada más. Era un aleteo con sus manos bastante constante. Me daba miedo lastimarla o decir algo que estuviera fuera de lugar y lograra espantarla, cuando era la primera vez que la tenía tan cerca sin que huyera de mí.

Y aunque no lo quiera admitir, es un logro tener a Rosé tan cerca sin que corra a pasos rápidos y a diez kilómetros de distancia.

—Te-tengo que irme —intentó marcharse, pero yo me interpuse.

—Toma —le tendí sus audífonos sin apartar mi mirada de ella—. Son tuyos. Solo te los quería devolver.

Ella los miró y con las manos temblorosas, los agarró. La comisura de mi labio se elevó y me hice a un lado para dejarla pasar.

Solté un suspiro soñador viéndola marcharse, es más de lo que esperé tener de ella o de lo que siquiera llegué a imaginar. Estaba todo en cámara lenta para mí, era una necesidad de verla mucho más allá de la persona que se esconde, o puede que su situación sea diferente. Su timidez se debe a algo mucho más grande.

—Presiento que serás mi novia, Park Roseanne —musité.

Me dirigí a la biblioteca y busqué libros de astronomía, si quería internarme en su mundo, iba a tener que hacerlo bien, de todas formas, no es un secreto que ella me gusta mucho. Solo deseo conocerla hasta el punto que me dé sus sonrisas. Me senté en una de las tantas mesas y en silencio, comencé a leer, buscando entretención entre tantas letras.

˚₊‧ LALISA MANOBAL ໒꒱ ‧₊˚

Enganché mi mochila de mi hombro y salí del aula, no sin antes ser llamada por el profesor, el cual se quitó los lentes y se acomodó en su asiento, pidiéndome amablemente que me sentara en la silla que se encontraba frente a él. Yo, sin entender el porqué de su pedido, me senté. Cómodamente recibiendo una mirada de mí, hacia el examen que tenía en sus manos.

—A veces me pregunto como llegué a tener una alumna tan destacable en mi clase —dijo y de inmediato una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios—. Me he percatado de cosas, Lalisa. Entre todas esas, me he dado cuenta de que solo me muestras esa sonrisa cuando estás satisfecha con algo y amas mucho algo, y tú amas esto.

—¿Y eso es malo? —quise saber.

—Para nada —dijo con orgullo—. Todo lo contrario, representa mucho más que solo cosas buenas, mereces una oportunidad mejor. Una universidad mejor por así decirlo.

El Arte De Amar. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora