El Arte De Amar. (Jenlisa)

.・。.・゜✭・Capítulo 20・✫・゜・。.

˚₊‧꒰ა JENNIE KIM ໒꒱ ‧₊˚

—¿A dónde quieres llegar con todo esto, Hael? —grité entrando al baño detrás de él—. Solo por despecho, solo porque no te quiero más.

—Esto no solo lo hice porque no me quieres, sino porque eres una maldita mentirosa que me engañó —vociferó.

—¡Sí, lo hice, y no te amo!, no es tan difícil de entender, somos jóvenes, no entiendo cuál es tu afán de querer que solo esté contigo cuando tienes un mundo por delante de mujeres las cuales te pueden corresponder —declaré enervada—. Estás enloqueciendo por algo que no tiene lógica.

—¡Tú me pusiste así, Jennie! Yo por ti daba todo —se pasó la mano por el pelo—. Daba hasta lo que no tenía.

—¿Hasta lo que no tenías?, por Dios, Hael, era más lo que discutíamos que lo que teníamos de relación —abrí los brazos—. Estás tonto, yo no te quiero más, esto que hiciste fue una ridiculez.

—¿Una ridiculez? —se rio con sarcasmo—. Todo el desastre que tiene Lalisa por detrás, su madre enferma, su familia no tiene mucho dinero e incluso esto es una beca, por Dios, ¡no te merece!

—No hables nada de ella —alcé mi dedo índice—. No lo hagas, porque simplemente no le llegas ni a los talones.

—Por eso no se veía besos entre ustedes, por eso no pasaba nada ni se agarraban las manos —Hael se mofó—. Todo era falso y ahora todo el mundo sabe que eres una jodida mentirosa, Jennie Kim.

—¡No mentí cuando dije que me gustaba Lisa!

—Mientes.

—¡No, Hael, me gusta Lisa, me gusta mucho y no me veo sin ella! —exclamé—. No lo hago porque aunque haya comenzado como una vil mentira, ahora solo siento agradecimiento y un amor inmenso a todo lo que me ha dado en tan poco tiempo.

—Cállate, Jennie.

—No me calló —lo enfrenté—. No lo hago ni ahora ni nunca, digo la verdad, ella me ha dado lo que nadie. ¡Me ha dado lo que tú nunca pudiste!

—¡Que te calles! —rugió—. Cállate la maldita boca, porque no te creo. ¡Yo no te creo nada!

—No me importa si me crees o no, no me importa, Hael, eres lo que menos me interesa en este momento —me tomé una pausa para regular mi respiración—. Me importa una mierda, porque la única que la pasará mal es ella y yo no quiero eso.

Los ojos se Hael se cristalizaron, como si de verdad la doliera lo que estaba escuchando. Bajó la mirada y unas cuantas lágrimas bajaron por su mejilla.

—De verdad te gusta ella —sonrió con tristeza—. De verdad la elegiste an ella.

—Es algo que no puedes entender por qué no lo has vivido —intenté explicar—. Me siento bien con ella, no hay palabras que puedan describir lo que pasa entre Lisa y yo cuando nos miramos a los ojos.

—Ya, bien —me detuvo—. No hace falta que sigas hablando de como ella te hace sentir. Podré ser lo que quieras, pero al final del día sí te quise, Jennie —Hael frunció los labios—. Y aunque ni tú ni nadie me crea, sé que lo que hice estuvo mal, pero tuve la esperanza de que estuvieras haciendo esto por despecho.

—No es despecho —le aseguré—. Te puedo prometer que no lo es. Ni mucho menos un capricho.

Hael asintió, —Pues qué lindo, te deseo lo mejor. Y esto si es sinceramente, Jennie —sorbió su nariz—. No soy correspondido—. Sé que en el tiempo de relación no te valoré como debí y ese fue mi error, no te pido que regreses conmigo. Solo cuídate.