.・。.・゜✭・Capítulo 16・✫・゜・。.

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˚₊‧꒰ა KIM JISOO ໒꒱ ‧₊˚

—Mira —señalé una parte del libro a Rosé—. En esta parte habla mucho de las estrellas.

—S-sí, es cierto —asintió repetidas veces—. ¡Si sabías que el universo observable tiene un diámetro estimado de aproximadamente noventa y tres mil millones de años luz! ¡Contiene innumerables galaxias, estrellas, planetas y otros objetos cósmicos!

—Es increíble —dije impresionada—. Me encanta esto.

—¿E-en serio? —me miró interesada—. Mu-muchas gente no so-soporta que yo le hable de esto.

Sentí una variedad de emociones que sientes cuando lastiman a alguien que te interesa, eso sentí yo al momento de que Rosé me dijo esas palabras. Me pregunto quien no disfrutará de escucharla, de saber todo lo que tiene para decir y más, me pregunto cuan importante debe ser esto para ella y que tan poco la gente desaprovecha verla emocionada por un tema tan cautivador.

Probablemente personas que no tienen ni un poco de empatía.

Yo estaba sentada en la sala de su casa, disfrutando de unas galletas que su madre nos había invitado, su familia era cálida, su casa muy hermosa y tenían muchas cosas de Rosé regadas por todas partes, pero la parte más impresionante era su habitación, lo sé porque fue lo primero que Rosé me enseñó, y después de pasar por su sala, regresamos a su habitación a seguir buscando libros.

—Me gusta saber, yo diría que es muy necesario —me senté en el piso, recostando mi espalda de la cama—. Y este me gusta, parece uno muy realista.

—E-es mi favorito —se sentó a mi lado—. No, no, no.

—¿Qué pasó? —pregunté preocupada.

—La página se rompió —sus manos comenzaron a temblar—. No debía romperse, no, se rompió.

—Tranquila, Rosé —le pedí amablemente—. Me lo llevaré y te lo traeré como nuevo, ¿sí?

—¿Si?

Asentí, —Sí —busqué su mano y la entrelacé con la mía—. ¿Sientes eso?

—Tu mano —dijo.

—No, Rosé, esto —uní nuestros dedos como si fueran rompecabezas—. Yo siempre estaré ahí para apoyarte, porque me interesa de todo lo que hables, quiero escucharte hablar sobre los planetas.

—¿Sabías que Júpiter tiene al menos setenta y nueve lunas conocidas?

—No, pero me encanta cuando me dices cosas así —me acerqué y dejé un beso en la punta de su nariz, ella se mantenía neutral—. Me gustas, Rosé.

—¿Te gusto?

—Me gustas —afirmé—. Me gustas mucho.

—¿Por qué?

—Hay muchas razones, la primera de todas es que me gusta tu inteligencia, la segunda es que eres increíble y la tercera es que me pareces la chica más atractiva de este mundo —sonreí—. Me gustaría abrazarte, ¿puedo?

—No, no creo, seguro no te gustan mis abrazos.

—Intentémoslo —me acerqué atrayéndola hacia mí—. ¿Te parece bien?

Rosé se acomodó dejándose abrazar por mí, lo hacía todo muy neutral, pero por primera vez en mucho tiempo vi una sonrisa asomarse en sus labios. Me sentí mucho más tranquila, ella no temblaba ni mucho menos la sentía incómoda. Parecía estar en casa.

Eso quería ser yo, su casa.

Su hogar con el cual ella pueda familiarizarse sin la necesidad de sentirse incómoda.

El Arte De Amar. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora