El Arte De Amar. (Jenlisa)

⋆˚࿔ EPÍLOGO 𝜗𝜚˚⋆

. ݁₊ ⊹LALISA MANOBAL . ݁˖ . ݁

CUATRO MESES DESPUÉS.

—Aún no me creo el que hayas sido tú la que interfirió entre la compra —caminé con Jennie a mi lado, mientras yo empujaba el coche de Atlas—. Me hiciste tomar un vuelo solo para que dijera que sí a ser tu novia otra vez.

—Pero funcionó —alardeó—. Y ahora no solo serás mi novia, pronto mi esposa. De eso me encargo yo.

—Eres muy segura de ti misma, eso me enamora más —la miré con ternura—. Eres linda, y no sé, creo que tengo que pedirte matrimonio ahora antes de que te roben.

—Nadie lo hará, no por ahora —Jennie cargó a Atlas para entrar a la casa, y más atrás entré yo—. Este pequeño tiene que dormir.

—¿Para que la mamá y yo podamos...?

—¡No, Manobal, respeta! —gritó desde la habitación.

—Solo era un comentario, no soportan.

—Es que te pasas de bromista —regresó buscando el biberón—. ¿Dónde pusiste las cosas de Atlas?

—Las dejé en la habitación, nada encuentras, Nini. Estás peor que yo cuando me mandaban a buscar algo —bromee.

—Chistosa —me tomó de la mano y pegó de su cuerpo—. Amo a mi novia.

—Tu novia —sonreí—. Que lindo eso, ¿me amas mucho?

—Muchísimo. Nunca nadie me ha tenido como tú, amo todo de ti —me besó con calidez—. Amo mucho tus ojitos, tu sonrisa. ¿Te dije que amo tu sonrisa?, yo amo eso.

—Te amo, Nini —aparté el cabello de su cara—. Te amo con todo lo que soy y con todo lo que aún me falta por ser.

Antes de poder besarnos otra vez, escuchamos un grito de la parte de arriba, nos miramos asustadas y corrimos, abriendo la puerta tan rápido como fue posible y encontrando a Atlas de pie, dando sus primeros pasos.

—¡La cámara! —grité corriendo a la otra habitación para buscarla—. ¿Dónde pusiste la cámara?, ¡olvídalo, ya la encontré!

Cuando regresé a la habitación, Atlas ya estaba sentado.

—No, era el momento perfecto —me quejé.

—Seguro se pone de pie ahora —pasó sus brazos por mi cuello—. ¿Está soltera?

—Depende. Para mi novia sí, para otras no —enterré mi cara en su cuello—. Hueles al amor de mi vida.

—Soy el amor de tu vida —puso su dedo índice en mis labios—. No te equivoques. Soy y seré.

—Jennie.

—¿Si?

—Yo no sé fingir —susurré sobre sus labios.

"—Lalisa —me llamó, me giré alzando los hombros—. ¿Irás al salón de actuación?

—¿Tengo otra opción?

—No, definitivamente no.

—Palabra de Lisa, estaré aquí.

—Palabra de Lisa —repitió como si lo estuviera saboreando—. Sí, te esperaré. Y no finjas que irás cuando no lo harás.

—Yo no sé fingir, Jennie —le recordé".

—¿Te cuento un secreto, mi amor? —preguntó.

—El que quieras.

—Yo tampoco sé fingir —pellizcó mi nariz.

Escuchamos a Atlas balbucear y nuestra atención fue a su dirección otra vez, lo cargué para que esté entre nosotras.

—Si de mentir o fingir se trata, yo soy malísima para eso. Ese es el arte de amar, mi niña.