-No puedes comprometerme así sin consultarme primero.-Le gritó a su padre.
-Alize, lo hemos hablado tanto que me duele la cabeza, eres mi hija y solo hago lo mejor para esta familia. Escalaremos socialmente y puede que incluso algún día la hija que le darás a Pierre conquiste al futuro príncipe y sea reina. Es nuestra oportunidad. El señor Mort d'Eté tiene una buena posición entre la nobleza y se rumorea que será el próximo consejero del rey, es un zagal inteligente y seguro que te amará más que a nadie.
-Pero yo no lo amo.-Contestó su hija.
-Acabarás haciéndolo, he visto cuan lujuriosas son las miradas de otras jóvenes hacía él, no debes temer: será un buen esposo.
-Pero...
Alphonse la interrumpió.
-No se hable más, hoy mismo le daré la bendición y te casarás la semana que viene. Si no quieres hacerlo ya sabes donde está la puerta.
Con esa severidad habló.
Alize, en un ataque de bravura y rebeldía, se marchó de su hogar, la casa donde creció y muy probablemente el último techo bajo el que dormiría.
Caminó por las oscuras y malolientes calles, a aquellas horas de la noche estaba a merced de cualquier hombre que quisiera aprovecharse de ella.
"Mejor morir joven que pudrirme al lado de alguien a quien no amo"-Pensó al tiempo que un gato saltaba de una esquina donde no daba la luz.
Se sobresaltó asustada y dio medía vuelta, pero no podía volver.
"Si vuelvo me arrebataran la juventud"
Así que pensó dónde podía ir: pensó en el lago, aquella agua le hacía sentir relajada, pero estaba demasiado lejos y no era un sitio seguro para pasar la noche.
De pronto pensó en el comentario de Pierre: las chicas desaparecían en luna llena y justamente esa noche la plateada luna brillaba en todo su esplendor.
Sintió temor, no sabía a qué clase de destino se enfrentaban las muchachas que desaparecían, pero no quería encontrarse con ese terrible destino.
Siguió su camino recelosa mientras rezaba por el alma de las chicas.
"Por favor Señor, ten piedad, que sus muertes sean piadosas y sus espíritus sean acogidos en tu corazón: L'Ciel."
Caminó más y se encontró con la finca Voland, si no había oído mal durante la fiesta la casa del marido de Etoile.
La mujer le cayó bien y a pesar de tener unos años más que ella le agradó su presencia y se quedó con ganas de hablar más.
Picó a la puerta.
El mayordomo de la casa Voland abrió la puerta.
-Lo lamento, el señor no está.
-Vengo por Etoile, dígale que Alize le ha venido a visitar.
El sirviente la miró de arriba a abajo.
-Enseguida.-Entró de vuelta en la casa.
Al rato volvió.
-Dice que puede pasar, pero descálzese al entrar.-Ordenó formalmente.
Así lo hizo.
Dejó sus zapatos pesados por la humedad en la entrada y el anciano le guió al piso de arriba. Una vez Etoile la vio, este se retiró.
-Buenas, he mandado a calentar agua para quitarte ese olor a lluvia de encima.
Alize hasta ese momento no se había percatado de que había llovido, por estar sumida en sus pensamientos, y tenía las ropas empapadas.
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Oniria
ParanormalSam, un tímido niño, se pierde en el bosque. Ahí encuentra una vieja mansión, donde habita una marioneta de payaso y una muñeca de porcelana con vida. Dos almas, dos tiempos; una sola oportunidad de arreglar el pasado.