CRY FOR ME [Twice x tu]

Capítulo 14: Ahora soy parte de Ti y Tú parte de Mí

Narra _____:

La destrucción y el caos se desplegaban ante mis ojos. Caminaba por las calles de Pyrosia, horrorizada, con la vista fija en el desastre que me rodeaba. Sangre manchaba las aceras y los cuerpos inertes de mis compatriotas yacían en el suelo. Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente mientras aceleraba el paso hacia mi hogar.

Al llegar, la escena era desoladora: todo estaba desordenado, con manchas de sangre en las paredes y el suelo. Mi mirada se posó en Wendy y Joy, quienes estaban tiradas en el suelo... muertas.

—¡Wendy! ¡Joy! —grité, intentando desesperadamente reanimarlas, pero ya era demasiado tarde.

Mis manos temblaban, cubiertas de la sangre de ellas. Me levanté, angustiada, y comencé a buscar a mis madres por toda la casa.

—¡Mamá! —gritaba desesperada, mientras el miedo y el llanto se apoderaban de mí— ¿¡Dónde están!?

El miedo me paralizó cuando vi una figura oscura y tenebrosa en el patio trasero. Retrocedí unos pasos, mi corazón latiendo desbocado, y caí en llanto al ver que el hombre sostenía los cuerpos sin vida de mis madres. La sangre goteaba de ellos.

—La próxima serás tú —dijo, dejando caer los cuerpos de mis madres antes de desaparecer.

Corrí hacia ellas, tratando de encontrar algún signo de vida, pero sus cuerpos no respondían. Se habían ido. Acaricié sus rostros por última vez antes de levantarme, tomar mi espada y salir corriendo de ese lugar, en busca del enemigo.

Mis pasos me llevaron a Aquorion, donde el caos y la muerte eran aún más terribles que en Pyrosia. El agua se teñía de rojo por los cuerpos inertes que flotaban. Mi cuerpo temblaba de miedo, y lo único que podía pensar era si las chicas estarían bien. Seguí corriendo por el distrito del agua hasta que las encontré.

Mi corazón se detuvo al ver cómo el desconocido acababa con ellas una por una. La rabia me invadió, y sin pensarlo dos veces, corrí hacia él para enfrentarlo, pero desapareció antes de que pudiera alcanzarlo. Miré a las chicas, quienes luchaban por mantenerse con vida, pero ya era demasiado tarde.

—Momo —me acerqué a ella, quien parecía querer decirme algo antes de morir.

—Debes derrotarlo, ____, hazlo por nosotras —fue lo último que dijo antes de caer inerte en mis brazos.

Comencé a llorar mientras observaba los cuerpos sin vida de las chicas a mi alrededor. Mi corazón se rompió en mil pedazos; no podía soportarlo.

—¡No! —grité desesperada mientras despertaba de esa pesadilla.

Toqué mi rostro, notando las lágrimas que caían por mis mejillas. Miré a mi alrededor y vi a las chicas del distrito del agua dormidas plácidamente; solo había sido una pesadilla. Aún era de noche, así que me levanté con cuidado para no despertarlas y me alejé, buscando algo de paz.